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HISTORIA DEL ARTE: DEL BARROCO AL ARTE POSMODERNO.
HISTORIA DEL ARTE:
DEL BARROCO AL ARTE POSMODERNO.
EL BARROCO: CARACTERÍSTICAS
El barroco es un estilo artístico que dominó la arquitectura, la pintura, la literatura y la música en Europa e Hispanoámerica durante el siglo XVII.
El barroco surgió al final del Renacimiento, y se manifestó a través del uso de detalles de gran ostentación y extravagancia entre los grupos beneficiados por las riquezas de la colonización de América.
- características que marcaron el período barroco.
1. Expone el gusto por lo elegante y lo extravagante
La estética del arte barroco se caracterizó por ser elegante y extravagante, especialmente en las obras arquitectónicas.
Las obras tienen una manera particular de representar el equilibrio y simetría de los espacios. Por ejemplo, el uso de columnas recargadas de adornos, cúpulas con gran cantidad de ventanas, columnas con formas curvilíneas, entre otros.
2. Valorización del detalle y exceso de ornamento
Se hizo un uso excesivo de recursos con el fin de dar mayor dramatismo a las representaciones artísticas y conmover al espectador.
Esto se puede apreciar, especialmente, en la arquitectura y la pintura, donde podemos ver obras a veces recargadas de decoraciones.
3. Búsqueda de la espiritualidad, de las sensaciones y las pasiones internas
Los artistas del barroco buscaban exponer emotividad en sus obras para conmover a los espectadores.
Por esta razón hubo una gran exposición de los temas religiosos, del uso del claroscuro, del realismo y de la representación del movimiento con líneas curvas para acentuar las sensaciones
En la música, se intensificaron los sonidos. En la literatura, el sentido de las palabras. En la arquitectura, las formas y el equilibrio. En la pintura, el uso de sombras y luces.
4. Dualismo y contradicción
Los artistas del barroco demostraron su gusto por exponer el dualismo y la contradicción de los sentimientos del ser humano. Es decir, de lo celestial con lo terrenal, de la vida y de la muerte, entre otros.
Por ejemplo, en la literatura los poetas hicieron un uso excesivo de las figuras retóricas para exponer con mayor detalle el dualismo y la contradicción de los sentimientos humanos.
5. Contraste entre luces y sombras
En las diferentes expresiones artísticas del barroco se hace notorio el gusto por el contraste de luces y sombras.
En la pintura el uso del claroscuro es mucho más notorio, ya que la luz sirve para destacar la figura principal y el tenebrismo para opacar al resto de los personajes, espacios o figuras.
El tenebrismo es el contraste marcado de luces y sombras a través de la iluminación forzada, como si una especie de foco iluminara un espacio en medio de la oscuridad con un rayo de luz diagonal.
En la escultura, por ejemplo, el relieve y las texturas permiten que sea notable los efectos de la luz y la sombra.
6. Sentido del movimiento
El uso de colores, los juegos de luz y de sombras, así como el uso de líneas curvilíneas, cóncavas y el nuevo equilibrio estético implementado, dieron a las obras mayor sentido del movimiento.
Los artistas del barroco también consiguieron hacer diversos juegos ópticos dependiendo de la posición del observador.
7. Oscuridad, complejidad y sensualismo
Los representantes del arte barroco, en sus diversas expresiones, representaron en sus obras la complejidad, el sensualismo y los temperamentos de sus personajes. En la pintura, los rostros y las miradas representadas expresan gran diversidad de sentimientos y sensaciones que transmiten intensidad.
8. Pesimismo y desengaño
La literatura barroca se caracteriza por exponer el desengaño, es decir, se muestra la distancia que hay entre aquello que se imagina y lo que es la realidad. Los poetas exponen en sus obras la angustia de vivir entre la realidad y la imaginación.
Asimismo, en las obras se siente un gran pesimismo y tristeza originado por las difíciles circunstancias sociales, en especial la desigualdad, que se vivían en la época. Existe gran preocupación por la velocidad fugaz con la que pasa el tiempo, acercándonos muy rápido a la vejez y la muerte.
Michelangelo Merisi da Caravaggio, fue un pintor italiano considerado primer exponente de la pintura barroca. Destacado en la pintura y el dibujo, Caravaggio sentó las bases de la pintura barroca.
2. Pedro Pablo Rubens (1577-1640)
Pintor de la escuela flamenca, la manera de emplear el color como dinamizador de las expresiones supuso un antes y un después en el transcurso de la historia de la pintura. Rubens trabajó temáticas muy variadas, mitología, religión, historia, escenas de caza, paisajes, retratos…
3. José de Ribera (1591- 1652)
Natural de Xátiva, Valencia, fue un exitoso pintor y grabador español del siglo XVII. Siendo joven se mudó a Italia para poder formarse y consolidarse como el artista que consiguió ser.
4. Artemisia Gentileschi (1593-1653)
Pintora romana considerada «caravaggista» hija del pintor Orazio Gentileschi, fue una avanzada para su tiempo. Su pintura está cargada por sus duras experiencias personales. Aún así pudo abrirse paso entre los lienzos de los hombres y destacar entre todos ellos.
5. Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)
El napolitano Bernini fue un polifacético artista que supo destacar en el dibujo, arquitectura y escultura. Sobre todo en la última en la que cambió lo que se conocía hasta el momento. Bernini conectó la escultura con el espacio y el espectador.
6. Francisco de Zurbarán (1598-1664)
El pintor, nacido en Fuente de cantos (Badajoz) y fallecido en Madrid, pertenece al siglo de oro español. Artista de la contrarreforma, destaca en la pintura religiosa y mística, sobre todo en las representaciones de santos y personajes bíblicos. Entre sus amigos e influyentes destaca el siguiente artista: Velázquez.
7. Diego de Velázquez (1599-1660)
Una de las figuras más importantes en la pintura española de todos los tiempos y «maestro de la pintura universal». Desde Sevill asupo conquistar el mundo entero con su estilo personal, naturalista y ciertamente tenebrista.
8. Rembrandt (1606-1669)
Uno de los maestros de ésta y todas las épocas. Destacó tanto en la pintura como el en grabado. Su aportación al mundo de la pintura forma parte de la edad de oro.
9. Anton Van Dyck (1599-1641)
Este pintor flamenco belga especializado en el retrato surge del gremio de Ambreses de San Lucas. Entre otros, fue alumno de Rubens.
10. Johannes Vermeer (1632-1675)
Nacido en Delft, es uno de los grandes de la pintura holandesa y barroca en general, pese a tener una obra muy reducida. Tan sólo se conocen 35 obras suyas.
El neoclasicismo es un estilo artístico que se desarrolló principalmente
principios del siglo XIX. Sus primeras expresiones se pueden
se dio en París en torno a 1770. Tuvo una influencia muy
también también se extiende extiende a la arquitectura arquitectura y las artes decorativas decorativas
“estilo Imperio”).
Jacques-Louis David fue el artista más importante del Neoclasicismo y quien formó escuela. En esta lectura, podrás analizar sus características y la de sus discípulos.
El Romanticismo es una corriente cultural que se gestó a finales del siglo XVIII
y llegó a su mayor desarrollo a principios de siglo XIX. Surge en el norte de
Europa, mostrando sus primeras manifestaciones hacia 1780 en Alemania,
mientras que en Francia se desarrolla hacia 1810. También tuvo un importante
impulso en Inglaterra y en España. En cada espacio geográfico presentó
características propias.
-En las obras románticas se enfatiza la imaginación,
el sentimiento y la emoción por sobre el deber y el orden que eran propias del
neoclasicismo.
-Por lo tanto, los artistas románticos tendieron a apartarse de las
ciudades modernas para refugiarse en los pueblos del interior donde
los avances tecnológicos todavía no habían llegado
El movimiento realista surgió en Francia a mediados del siglo XIX y resultó en una
revolución en contra de las rígidas reglas que imponía la Academia de Bellas Artes a la
producción artística.
El nombre de este movimiento proviene de las reuniones que se realizaban en el bar
parisino Brasserie Andler donde artistas, escritores e intelectuales discutían sobre política,
temas sociales y de actualidad. Ese lugar fue apodado “el templo del realismo” y de allí
tomó la idea Gustave Courbet para nombrar su estilo.
El Realismo abarcó tanto la pintura como la literatura, con representantes tan destacados
como Honoré Balzac. Este movimiento se abre paso entre el neoclasicismo y el
romanticismo, rechazando las formas idealizadas de uno y los temas exentos del presente
del otro. El realismo encuentra una nueva vía para presentar nuevos temas en el arte a
través de un tratamiento formal que también se aparta del canon. Es un movimiento
heterogéneo con características comunes entre artistas que son contemporáneos.
La palabra realismo puede ser tomada con muchas definiciones, por lo que es importante
aclarar que el realismo no es imitación servil de lo real, sino que la realidad que rodea al
artista se convierte en tema para sus obras. En otras palabras, los artistas realistas no
buscan un mimetismo fotográfico, sino que realizan una visión personal del mundo que
los rodea y temas, personas y problemas que les son contemporáneos.
Los artistas realistas pintaban campesinos y personajes de la clase baja de una manera
que jamás se había permitido antes en la pintura académica. Según las reglas de esta, las
escenas con personajes anónimos realizando tareas cotidianas constituían el género
costumbrista y, por lo tanto, eran propias de pequeños cuadros que servían para la
decoración de las casas burguesas. Por el contrario, correspondían cuadros de grandes
dimensiones solamente a los grandes temas históricos, donde se contaban importantes
historias o se representaba a personas importantes (género histórico).
El paisaje en el siglo XIX
El paisaje es el género artístico que, como su nombre lo indica, muestra paisajes naturales y
urbanos como así también puertos, ríos y mares. El paisaje ha formado parte de la pintura desde
siempre como fondo para las escenas más importantes, pero solo llegó a independizarse como
un género en el siglo XIX. El paisaje está entre los géneros menores de la pintura, junto con las
escenas de costumbre y los bodegones; por lo tanto, corresponde a formatos medios o chicos, y
fue desarrollado por artistas menos destacados. Este género tiene la capacidad de aludir a
temas y cuestiones que son extras a la escena representada ya que a partir de los elementos
que se incluyen se puede connotar cuestiones mayores, sentimientos y emociones. Estos
cuadros tienden a ser imágenes que apelan a la belleza y, por lo tanto, tuvieron amplia difusión
en el mercado a través de la burguesía que las consumía para ornamentar sus residencias
particulares.
Sus obras tienden a asociarse con la pintura de paisajes realizada al aire libre, la pincelada libre,
espontánea, y evidente y una paleta de colores claros. Si bien estas características son comunes y están
presentes en algunos de los artistas que forman parte del grupo, el Impresionismo como tal tiene bases
más profundas que se asientan, por un lado, en la discusión sobre el lugar de la pintura y, por el otro, en
la investigación científica.
Sin embargo, podemos decir sin dudar que los impresionistas son pintores modernos que pintan la vida
moderna. Al denominarlos como pintores modernos nos referimos a que son artistas que están
involucrados dentro del sistema moderno de arte, que conocen sus reglas, su lenguaje y las formas en
las que las obras de arte circulan y se legitiman dentro de este. Los artistas impresionistas rechazan
muchas de las ideas que circulan dentro del sistema de arte y contraponen nuevas ideas para la obra de
arte. Se han formado en la Academia de Bellas Artes y buscan visibilidad para sus obras a través del
Salón de Bellas Artes, aunque no son aceptados. Resultan, entonces, en artistas anti-académicos con
una técnica renovadora y un programa temático nuevo.
Impresionismo es un término que se utiliza para denominar de forma específica a un grupo de
artistas que expusieron en el taller del fotógrafo Nadar en 1874. Entre ellos se encuentran:
Tanto el Neoimpresionismo como el Posimpresionismo son corrientes que se
desarrollaron entre 1880 y 1910 y surgieron como un desprendimiento del Impresionismo
en un intento de superar sus búsquedas y ampliarlas.
Los artistas más representativos del Neoimpresionismo son:
• Georges Seurat (1859 - 1891)
• Paul Signac (1863 - 1935)
Conocido popularmente como puntillismo, esta corriente se embarcó en la investigación
científica sobre la percepción de los colores que el Impresionismo había obviado. La
primera exposición donde se mostró la obra de ambos fue en el Salón de los
Independientes de 1884.
El nombre neoimpresionismo fue propuesto por Félix Feneón, un crítico de arte que
reseñó la participación de ambos artistas en la exposición de los Impresionistas 1886 y
denominó su técnica como divisionismo, entendiendo que estos artistas eran quienes
encaminaban al Impresionismo hacia una etapa de superior de desarrollo en la
descripción de la luz y el color.
Mientras que el Neoimpresionismo funciona como un grupo, el Posimpresionismo es una
etiqueta historiográfica que se utiliza para denominar artistas que estuvieron ligados a la
búsquedas impresionistas o a su interés antiacadémico pero hacia 1880 se orientaron
hacia obras personales que, en muchos casos, cuestionaron el ideario impresionista. Cada
artista posimpresionista implica una búsqueda particular y alejada de la intensa red
cultural parisina.
La palabra vanguardia proviene del vocabulario militar y se utiliza para denominar a la
primera línea de la infantería en las batallas cuerpo a cuerpo. La vanguardia es un cuerpo
de élite que se adelanta a su ejército e ingresa primero al campo de batalla. Su trabajo
consiste en explorar el terreno, realizar el primer ataque al enemigo y tomar las
posiciones estratégicas que permitirán ganar el enfrentamiento.
Este concepto fue tomado en un sentido metafórico desde los movimientos políticos de
izquierda, quienes se identificaron a sí mismos como vanguardia por estar adelantados a
su propio tiempo y por proponer una revolución por la que estaban luchando.
El siguiente traslado de sentido se hizo hacia el arte, para denominar a ciertos
movimientos artísticos que se desarrollaron en las primeras tres décadas del siglo XX,
entre los que encontramos el futurismo, el dadaísmo y el surrealismo. Se las denomina
como vanguardias históricas para distinguirlas de las neovanguardias que surgen en la
década del 60 en Europa y Estados Unidos.
Peter Bürger escribió en 1974 el libro Teoría de la vanguardia, en el que brinda una
aproximación a las características de estos movimientos. Según el autor:
[la vanguardia] ya no critica las tendencias artísticas precedentes, sino la institución
arte tal y como se ha formado en la sociedad burguesa. Con el concepto de institución
arte me refiero aquí tanto al aparato de producción y distribución del arte como a las
ideas que sobre el arte dominan en una época dada y que determinan esencialmente la
recepción de las obras. La vanguardia se dirige hacia ambos momentos: contra el
aparato de distribución al que está sometida la obra de arte y contra el status del arte
en la sociedad burguesa descrito por el concepto de autonomía
Desde finales del siglo XIX, los artistas fueron alejándose paulatinamente de la
representación de la realidad, cuestionando paso a paso las ideas heredadas desde el
Renacimiento que sostenían que “el cuadro es una ventana que se abre en la pared”
(Vasari). Ese cuestionamiento creció permitiendo la pincelada evidente y la ausencia del
color local, como así también la omisión de la perspectiva matemática para la
representación del espacio. Los artistas, una y otra vez, exploraron nuevos caminos para la
pintura debatiendo los límites impuestos por la tradición y dando nuevas respuestas a la
pregunta ¿qué es el arte?
El movimiento surrealista nació en París en 1924 en torno al poeta André Breton (1896-
1966), quien publicó ese año el Manifiesto Surrealista. Los artistas de este grupo se
encontraron profundamente influidos por las investigaciones en psicología de Sigmund
Freud y buscaron liberar su imaginación a través del inconsciente. Los caminos para
acceder a este eran variados: desde el alcohol, las drogas o el ayuno, hasta métodos para
buscar recordar los sueños y producir obras a partir de estos. También crearon el
automatismo que se basaba en la asociación libre.
La destrucción de la guerra fue rápidamente asimilada a la destrucción de las vanguardias
y muchos artistas comenzaron a publicar escritos donde llamaban a una “vuelta al orden”.
Entre ellos, uno de los más importantes referentes fue Giorgio De Chirico quien en 1919
publicó Il ritorno al mestiere [La vuelta al oficio] donde se lee: “¡No era precisamente una
guerra lo que necesitaba la humanidad! ¡Y no precisamente futurismo lo que necesitaba el
arte!”. Allí también llama a un regreso al trabajo de taller, a aprender de nuevo a dibujar
como una necesidad para la producción de buenas obras de arte.
-En este periodo hay un llamamiento a la racionalidad y se observa el
surgimiento y amplia difusión de la pintura figurativa y de corte realista donde predomina
la figura humana.
-La pintura
metafísica propone que a partir de la representación de un fragmento aislado de la
realidad se puede reconstruir una realidad transcendente más allá de la propia realidad.
-Margherita Sarfatti seleccionó un grupo de artistas que retomaban en su pintura la
herencia de la Antigua Roma y del Renacimiento y la combinaban con una mirada
moderna. Los valores que Sarfatti veía como superiores eran: orden, disciplina, jerarquía,
diseño, composición y estilo.
Hacia la década del 20 del siglo XX se observa en México, Brasil, Uruguay y Argentina la
irrupción de grupos de artistas con propuestas renovadoras, que llegaron para cambiar el
panorama de lo que era habitual en las escenas de cada país. En líneas generales, se trató
de artistas que luego de una primera formación académica en su país de origen, se
dirigieron a Europa (Francia, España o Italia), donde entraron en contacto con las diversas
vertientes de la vanguardia (Cubismo, Futurismo, Expresionismo y Surrealismo) y de la
vuelta al orden. A su regreso, expusieron y difundieron sus nuevas ideas estéticas
generando interés del público, como así también rechazo por parte de las fracciones más
conservadoras del campo artístico.
La gran pregunta que busca responderse a la hora de estudiar este periodo del arte
latinoamericano es cuál fue la relación que los artistas locales establecieron con las
producciones europeas y si las producciones de los latinoamericanos se hicieron a
destiempo con respecto a las propuestas europeas. Asimismo, se intenta develar si estos
movimientos de la década del 20 pueden ser entendidos como vanguardias y responden a
su programa metodológico. En ese sentido, seguimos la propuesta de Beatriz Sarlo, que
sostiene que los lenguajes que surgieron en estas latitudes son propios de una
modernidad periférica. Este concepto se entiende el calificativo “periférico” para
oponerse a “hegemónico” y, por lo tanto, receptora aunque no pasiva de los propuestas
provenientes de Europa. Esa modernidad periférica es, además, ecléctica, ya que combina
vertientes variadas que provienen de distintas tradiciones y búsquedas tanto extranjeras
como locales. Por otro lado, estos grupos latinoamericanos se despegan de las estrategias
más radicales de la vanguardia que impugnan el lugar del arte en la sociedad burguesa y al
contrario, son moderados: prefieren utilizar estrategias de inserción y filtración de las
nuevas propuestas hacia dentro del campo artístico más que rechazarlo de plano. En
consecuencia, los nuevos grupos son constructivos hacia el campo artístico, a diferencia
de las vanguardias europeas que fueron destructivas.
En lo que respecta al campo cultural
también se observa un cambio caracterizado por el ascenso del dominio del arte
contemporáneo estadounidense que reemplazó la histórica hegemonía francesa. En ese
sentido, el arte se mostró como un campo de batalla donde se enfrentaron las dos
fracciones en disputa: el “realismo socialista” propio de comunismo y la “abstracción”
que representó al capitalismo democrático.
Se conoce como arte informal o un art autre (un arte otro, diferente) a las producciones
propias de la posguerra en Europa. Los artistas, convencidos de que el arte ya no podía
ayudar a mejorar el mundo, se volcaron a una pintura abstracta, de realización impulsiva y
espontánea que se proponía dar nuevas imágenes del hombre y del mundo que se
encontraba destruido y fraccionado.
El término pop es el apocope de popular y hace referencia a la cultura popular, es decir, la
baja cultura, idea que se contrapone con la alta cultura. En esta época existía una
diferencia muy marcada entre la baja cultura, que es aquella que se produce en las esferas
bajas de la sociedad: la literatura de folletín, los radioteatros, el cine, etc. Mientras que la
alta cultura se concentraba en la música erudita, los clásicos de la literatura y el arte de los
museos, etc.
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