Cruzadas y Órdenes militares en el mundo medieval



CRUZADAS Y ÓRDENES MILITARES
 EN EL MUNDO MEDIEVAL.

1. Introducción a la historia de las órdenes militares.

El nacimiento de las órdenes militares fue una de las consecuencias más notables de las Cruzadas. Eran institutos a la vez religiosos y militares. En el primer aspecto, dependían directamente del Papa, con exención de otras jurisdicciones eclesiásticas, y organizaban su vida comunitaria según una regla monástica que fuese compatible con la condición seglar y las actividades guerreras de sus miembros.


La Orden de los Caballeros Hospitalarios

y la del Temple
fueron las más famosas de todas las surgidas en Tierra Santa.
La Orden de los Hospitalarios tuvo su origen en un albergue fundado en Jerusalén el año 1048 para acoger peregrinos; al terminar la Primera Cruzada, los prebostes del albergue hospedaron a numerosos peregrinos, extendieron sus actividades en pro de la protección y defensa de los mismos y acabaron aceptando obligaciones militares que derivaban de ambas tareas.
Entre 1120 y 1160, el maestre de la orden, Raimundo de Puy, codificó la regla y transformó la organización en una verdadera orden militar semejante a la del Temple, bajo el nombre de Orden de Caballeros de San Juan de Jerusalén, también llamados sanjuanistas o Caballeros Hospitalarios.
La piedad europea se manifestó en numerosísimas donaciones en dinero o en tierra a favor de aquella orden protectora de la peregrinación, cuyos caballeros portaban hábito negro con una cruz blanca sobrepuesta.
La Orden del Temple fue fundada en Jerusalén en 1118 y tuvo desde sus comienzos funciones más claramente militares. La regla monástica seguida fue la de San Benito, y el hábito de los caballeros, de color blanco con una cruz roja. Ambas órdenes respondían a una necesidad de la época, la de fundir los ideales de la caballería militar con el intento de cristianización de las costumbres castrenses que la Iglesia estaba llevando a cabo. Las circunstancias de Tierra Santa eran las más propicias para intentarlo mediante la creación de aquellas “Milicias de Cristo”, en las que se mezclaban ambos aspectos.
El éxito de la experiencia se manifiesta en la inmensa riqueza y poder alcanzados por ambas órdenes en los siglos XII y XIII gracias al apoyo y a las donaciones de los reyes, eclesiásticos y pueblo llano. Hacia 1250, la Orden del Temple contaría con veinte mil miembros. Antes de la batalla de Hattin, templarios y hospitalarios eran los mayores terratenientes de Tierra Santa, a pesar de su insumisión con respecto al rey de Jerusalén, al que no obedecían, alegando la dependencia directa que tenían con respecto al Papa. Su papel en la defensa de aquellos territorios fue fundamental, pero se vio enturbiado por esta indisciplina y por las rencillas continuas entre las dos órdenes.
La organización interna de ambas era muy semejante. La dirigía un Gran Maestre, rodeado de su corte, de un restringido consejo y, en ocasiones extraordinarias, de la reunión o capítulo general de sus cargos directivos. Las posesiones se dividían por reinos y países y, dentro de éstos, por prioratos; bajo el mando de los priores vivían los bailíos y comendadores, que tenían a su cargo grupos más o menos extensos de caballeros y escuderos de la orden respectiva.
La riqueza de las órdenes y la consolidación de sus instituciones fueron provocando cierto abandono del rigor militar y religioso primitivo, con el olvido de aspectos de la regla que las órdenes seguían, pero el trance más duro sobrevino cuando volvieron a poder del Islam los territorios de ultramar cuya defensa había sido la primera razón de ser.
La Orden del los Caballeros Hospitalarios pudo mantenerse, tanto por su carácter menos bélico y más volcado hacia la práctica de la protección y la caridad con respecto a los débiles, como por haber asumido la defensa de puntos fronterizos de la cristiandad europea: Rodas primero, Malta más tarde. Así fue posible que llegase a nuestros días como corporación predominantemente honorífica, aunque sus intereses hospitalarios sigan siendo notables.
Pero la Orden del Temple tuvo siempre un carácter más netamente militar y empleaba sus riquezas fabulosas en operaciones de banca y préstamo que resultasen más rentables con respecto a sus fines; no pudo superar la crisis que siguió a la caída de Acre en 1291 y de las últimas posesiones europeas en Oriente; entre 1307 y 1312, el rey de Francia Felipe IV procesó, bajo cargos dudosos, a los templarios que vivían en Francia, y consiguió que el papa Clemente V disolviera la orden, cuyos bienes fueron aplicados a la hacienda regia o, en otros países, a otras órdenes militares.
El ejemplo de templarios y hospitalarios había estimulado la aparición de nuevas órdenes, unas en Tierra Santa, otras en lugares más alejados. Durante la Segunda Cruzada se fundó en Jerusalén la Orden de los Caballeros Teutónicos, reconocida por el Papa en el año 1192. Pero el lugar de acción de los Teutónicos no fue Palestina, sino la frontera oriental de Alemania, donde conquistaron Prusia, atendiendo a menudo más a sus intereses materiales y deseo de poseer tierras que al primordial fin religioso, como lo demuestran sus violentas luchas con los polacos cristianos. En el siglo xvi, el maestre Alberto de Brandeburgo se secularizó y convirtió los bienes de la orden en ducado de Prusia, germen del futuro reino que reunificaría Alemania en el siglo XIX.
En la península Ibérica tuvieron importantes posesiones tanto la Orden de San Juan como la del Temple. Los bienes de los templarios fueron aplicados a la Orden de Montesa (creada en 1317) en la corona de Aragón. En Castilla pasaron a manos, en parte, deórdenes militares autóctonas que habían surgido mediado ya el siglo XII: Calatrava, Santiago y Alcántara. En Portugal tuvo gran importancia la Orden de Avis. Todas ellas encontraron en la lucha y la conquista contra el Islam peninsular estímulos semejantes a los que mantenían a sanjuanistas y templarios en Tierra Santa.

Las  cruzadas

La Primera Cruzada
fue predicada en 1095 por el Papa Urbano II en el concilio de Clermont con el doble objetivo de ayudar a los cristianos ortodoxos orientales y la liberación de Jerusalén "Tierra Santa" del yugo Musulmán. En realidad, no fue un movimiento único, sino una serie de acciones de guerra con inspiración religiosa que incluyó la Cruzada de los Pobres y la Cruzada de los Nobles ( cruzada de los barones o caballeresca).
Esta cruzada comenzó con una llamada del Emperador bizantino Alejo I al papa para el envío de mercenarios para luchar contra los turcos Selyúcidas en Anatolia.
La Segunda Cruzada (1147-1149)
fue la segunda gran cruzada lanzada desde Europa. Fue convocada en 1145, en respuesta a la caída del Condado de Edesa el año anterior por las fuerzas de Zengi. El condado había sido fundado durante la Primera Cruzada (1095-1099) por Balduino de Boulogne (Balduino I de Jerusalén) en 1098. Si bien fue el primer Estado Cruzado que se fundó, fue también el primero en caer.

La Segunda Cruzada fue anunciada por El Papa Eugenio III, pero la predica de la Segunda Cruzada la hizo San Bernardo de Claraval. Fue la primera de las cruzadas que fue dirigida por reyes europeos, a saber, Luis VII de Francia y Conrado III de Alemania, con la ayuda de un número de otros nobles europeos importantes. Los ejércitos de los dos reyes marcharon por separado a través de Europa. Después de cruzar territorio Bizantino en Anatolia, ambos ejércitos fueron derrotados por separado por el turcos Selyúcidas.

La principal fuente historica cristiana de occidente, Odón de Deuil, y las fuentes cristianas de Siria afirman que el emperador bizantino Manuel I Comneno en secreto entorpecido el progreso de los cruzados, sobre todo en Anatolia, donde se le acusa de haber ordenado deliberadamente a los turcos atacarlos. Luis VII de Francia, Conrado II de Alemania y los restos de sus ejércitos llegaron a Jerusalén y, en 1148, participaron en un ataque desacertado sobre Damasco. La cruzada en el Este fue un fracaso para los cruzados y una gran victoria para el Los musulmanes. El único éxito de la segunda cruzada llegó accidentalmente cuando las fuerza combinadas de los cruzados flamencos, frisones, normandos, escoceses e ingleses en 1147 viajando desde Inglaterra, por barco, a Tierra Santa se detuvieron y ayudaron a los portugueses en la captura de Lisboa, expulsando a sus ocupantes árabes.

La Tercera Cruzada (1189-1192),
también conocida como la Cruzada de los Reyes, por la presencia de tres reyes, a saber, Felipe II de Francia, Ricardo I de Inglaterra "Corazón de León" y Federico I Barbarroja. Esta cruzada fue un intento de los líderes europeos para reconquistar la Tierra Santa (Jerusalen) de manos del sultán musulmán Saladino que había conquisto el Reino de Jerusalén
Después de algunos éxitos militares, los poderes cristianos se disputaban el botín de guerra; Federico Leopoldo V de Austria y Felipe II de Francia salen de la Tierra Santa, en agosto de 1191. El 2 de septiembre de 1192, Ricardo y Saladino finalizó un tratado por el cual Jerusalén permanecería bajo control musulmán, pero permitirían a los peregrinos cristianos desarmados visitar la ciudad de Jerusalen. Ricardo salió de Tierra Santa el 9 de octubre. El fracaso de la Tercera Cruzada para recuperar Jerusalén daría lugar a la convocatoria de una Cuarta Cruzada seis años después.

Cuarta cruzada y Saqueo de Constantinopla
La Cuarta Cruzada (1202-1204) También denominada como la Cruzada mercantil o comercial, por haber sido desviada de su propósito original por el duque de Venecia, Enrico Dandolo quien llevo a los cristianos a saquear la ciudad de Zara (actual Zadar, Croacia) y luego Constantinopla, donde fundaron el Imperio Latino de Constantinopla. Estos acontecimientos causaron una brecha o distanciamiento definitivo entre la Iglesia Católica romana y la Iglesia Ortodoxa.



La Quinta Cruzada (1217-1221), ocurrio por la iniciativa de el Papa Inocencio III, quién lo había propuesto el 1215 en el cuarto Concilio de Letrán, sin embargo, se llevó a cabo con el Papa Honorio III, Su sucesor en el trono de San Pedro. El papado también había contribuido a desacreditar el ideal de las Cruzadas, cuando las convoco para aplastar a los cristianos heterodoxos en el sur de Francia, llamado albigenses. De todos modos, el Papa Honorio III logró adhesiones para una nueva expedición.

La cruzada fue dirigida por Andrés II Rey de Hungría; Leopoldo VI, Duque de Austria; Juan de Brienne, Rey del reino Jerusalén y Federico II Emperador del SacroImperio Romano Germanico. El emperador Federico II acordó organizar la expedición.



La Sexta Cruzada (1228-1229), fue emprendida en 1227 por el emperador del Sacro Imperio romano Germanico, Federico II de Hohenstaufen. La sexta Cruzada fue una cruzada pacífica, ya que se resolvió por medios diplomáticos, evitando así la confrontación militar.
La Sexta Cruzada fue un éxito: Jerusalén es una vez más cristiana y Federico II demostró que los estados cruzados se podrían mantener por otros medios que no sean militares. Esta estrategia diplomática se reanudaría a partir de entonces, especialmente durante Cruzadas 1239.

Pero esta cruzada dejó atrás muchos problemas sin resolver, las fortificaciones de Jerusalén no se reconstruyeron, y la ciudad estaría a merced de los musulamanes, luego de la culminacion de la tregua de 30 años acordada. Luego de la partida de Federico II y el fin de la tregua entre cruzados y musulmanes , el Reino de Jerusalem sería reconquistaba por las fuerzas islamicas en 1244.


La septima Cruzada: Tras el final de los diez años de tregua del año 1229 (Firmado en el Sexta Cruzada) , una expedición militar cristiana, con pocos hombres y pocos recursos , dirigido por Ricardo de Cornualles y Teobaldo IV de Champagne, se dirigieron a Tierra Santa, a fin de fortalecer la presencia cristiana en los santos lugares . Mas no pudieron impedir que en el año 1244 Jerusalén fue nuevamente saqueada por los turcos musulmanes .

La ciudad de Jerusalén fue ocupada y saqueada, no sin crear macabras exhumaciones de los restos de los antiguos reyes cruzados en el Santo Sepulcro y una masacre de 30.000 cristianos. La noticia conmocionó a todos del cristianismo y decidió organizar una nueva expedición a la cruzada de Tierra Santa.

De regreso en Francia , que estaba preocupado por la difícil situación de los caballeros heridos , especialmente a los ciegos, para quienes fundó , a París, un hospital especializado : elHospital del Asilo de Ciegos.

Luis IX pasó cuatro años en el Reino de Jerusalen en un vano intento de revivir la union cristiana, Ante la nueva amenaza de los mamelucos, insto a reforzar las defensas de los bastiones cristianos y comenzar una política de alianzas , lo que pudo haber dado sus frutos si se hubiera quedado. Luis IX regreso a su reino , sin obtener más resultado que un acercamiento entre los Principado de Antioquía y elReino armenio de Cilicia.


La Octava Cruzada fue puesta en marcha por Luis IX, Rey de Francia, en el año 1270. La Octava Cruzada es a veces considerada como la séptimo cruzada, dado que la Quinta y Sexta Cruzada de Federico II se cuentan como una cruzada individual. La Novena Cruzada a veces también considerada como la Octava Cruzada por algunos historiadores.
A causa de las enfermedades más el asedio del rey de Túnez se abandono la cruzada el 30 de octubre por un acuerdo con el sultán . En este acuerdo los cristianos ganaban de libre comercio con Túnez, y la residencia de los monjes y sacerdotes en la ciudad está garantizada , por lo que la cruzada puede considerarse como un éxito parcial. Después de enterarse de la muerte de Luis IX y la evacuación de los cruzados de Túnez , el sultán Baibars de Egipto cancela su plan de enviar tropas egipcias para luchar contra Luis en Túnez .

El fracaso de la Octava Cruzada , como las de sus predecesores , provocó muchos sentimientos en el pueblo cristiano, y más aún en la poesía occitana escrita por los trovadores. La muerte de Luis IX de Francia, especialmente provocó una producción creativa, notable teniendo en cuenta la hostilidad que los trovadores habían tenido hacia la monarquía francesa durante la Cruzada contra los albigenses. Tres plantos o endechas (elegias de la edad media), canciones de lamento , fueron compuestas por la muerte de Luis IX de Francia.


La Novena Cruzada generalmente se considera la última gran Cruzada Medieval emprendida. Tuvo lugar en 1271–1272. Luego del fracaso de Luis IX de Francia para capturar la ciudad de Túnez en la Octava Cruzada, lo que llevó el Príncipe Eduardo de Inglaterra para navegar hacia Acre en lo que se conoce como la novena cruzada. La Novena Cruzada fracasó en gran parte porque el espíritu de las cruzadas estaba ya casi extinto y por el creciente poder del sultan Baibars y de los Mamelucos en Egipto. También anunciaba el inminente colapso de los últimos reinos o baluartes cruzados a lo largo de la costa mediterránea.
La expedición formada por parte del Príncipe Eduardo de Inglaterra estuvo con falta de recursos y tropas. Sin embargo consiguió una tregua de diez años de paz y de casi veinte años de supervivencia de los reino cristianos en Oriente. Pero luego de concluidas las treguas traerían a bajo a los estados cruzados , y en 1291 los Mamelucos eventualmente conquistarían todos los territorios cristianos en Siria.

El período de las Cruzadas a Jerusalem "Tierra Santa" terminaría, después de 208 años desde que El papa Urbano II predico la primera cruzada de estas guerras santas .





La participación navarro-aragonesa en las Cruzadas 


Al menos desde un tercio de siglo antes de que se emprendiera la primera campaña organizada de la Cristiandad occidental para el rescate de los Santos Lugares, los pontífices romanos atribuyeron expresa o tácitamente el carácter de cruzada a las acciones de reconquista de los monarcas hispano-cristianos contra el Islam. El papa Pascual II incluso desaconsejó a Pedro I trasladarse a Jerusalén, animándole a combatir a los infieles en sus propias fronteras; y el monarca navarro-aragonés bautizó con el lema de los cruzados, “Dios lo quiere” (Deus lo vol) el reducto que a continuación ocupó (Hoy Juslibol) a la vista de Zaragoza (1101). La conquista de esta ultima plaza se realizó (118) con el respaldo del papa Gelasio II y la cooperación de caballeros “cruzados” de tierras francesas; el propio soberano Alfonso I el Batallador consideró aquella y sus restantes campañas contra los musulmanes como fases preliminares de la cruzada que soñaba organizar hacia Tierra Santa. Este talante explica tanto su fundación de las cofradías militares de Belchite y Monreal del campo, como su testamento (1131) instituyendo herederas del reino a las órdenes del Santo Sepulcro, el Temple y el Hospital de San Juan de Jerusalén. El rey navarro García Ramírez y su nieto Sancho VII el Fuerte participaron con auténtico aliento de cruzados en las empresas castellanas que tuvieron como desenlace la conquista de Almería (1147) y la victoria de Las Navas de Tolosa (1212) respectivamente. El mismo Sancho VII envió un contingente de caballeros navarros a la “cruzada” que en tierras portuguesas reportó (1217) la toma de Alcacer do Sal; y dos años después, estimulado por el papa Honorio III y respaldado por el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, organizó su propia expedición de cruzada desde las fortalezas que había adquirido en el bajo Maestrazgo.
El bloqueo territorial del reino al sur del Ebro y el advenimiento de sucesivas dinastías de monarcas franceses alejaron definitivamente a Navarra de la reconquista hispana. Cuando en 1308 algunos caballeros navarros desearon participar en la cruzada predicada en Castilla y Aragón contra el reino de Granada, no hallaron ningún apoyo institucional. Se renovó, con todo, el interés por la reconquista con la entronización de la dinastía de Evreux. Aunque no llegó a intervenir en la campaña de Granada, para la que el papa Juan XXII le había concedido (1330) los privilegios acostumbrados y un diezmo de dos años, Felipe III acudió finalmente con 100 caballeros y 300 peones a la cruzada que tenía como objetivo inmediato la plaza de Algeciras (1343) y en ella enfermó y acabó sus días. En la siguiente centuria se predicaron en Navarra las sucesivas cruzadas de Juan II de Castilla contra Granada (1437) y de los Reyes Católicos contra Granada, mas no hubo en ellas intervención navarra.
Constituye capítulo aparte la presencia de navarros en las empresas extrapeninsulares conocidas estrictamente como “cruzadas”. No obstante el deseo del papa Pascual II de que los caballeros hispanos se emplearan exclusivamente en la guerra contra el Islam en tierras hispanas, los Santos Lugares atraían poderosamente tanto a los caballeros como a los simples peregrinos. La presencia de navarros en la Primera Cruzada y la conquista de Jerusalén (1099) ha sido objeto de una tradición historiográfica desmentida definitivamente por el Prof. Antonio Ubieto. Como se ha indicado, el monarca Pedro I solo intencionalmente fue un verdadero “cruzado”, dispensado además del voto que había pronunciado. Consta, sin embargo, que en los primeros años del siglo XII emprendieron el iter Iherosolimitanum, como guerreros o peregrinos, algunos personajes navarros, como la infanta Ermesinda, el infante Ramiro Sánchez y Pedro de Roda, obispo de Pamplona, que había formulado su voto en el concilio de Clermont (1095). Más adelante, es probable que Sancho VII el Fuerte, siendo todavía infante, siguiera en parte la ruta de la Tercera Cruzada. Acompañó a Felipe Augusto y Ricardo Corazón de León en febrero y marzo de 1191, cuando invernaban en Sicilia con rumbo hacia Acre. Su presencia se explicaría por formar parte del séquito de su hermana Berenguela, prometida al rey inglés. Saldría de Sicilia en abril con dirección a Chipre, donde el 12 de mayo tuvo lugar la boda de la infanta. Pero a finales de junio estaba de regreso en Navarra. Hay que descartar, pues, su presencia posterior en los combates de su cuñado Ricardo contra Saladino.
La expedición de Teobaldo I a Palestina tuvo escaso eco entre los historiadores navarros, seguramente por el puesto secundario que tradicionalmente se ha asignado a aquella campaña en la historia de las cruzadas. El monarca recibió la cruz en 1235, lo que le permitió obtener del papa Gregorio IX bulas condenatorias de los infanzones rebeldes (1235-1238) y ciertas seguridades ante la amenaza de una invasión castellana. El pontífice le otorgó además (1238) un donativo voluntario del clero navarro, la redención de votos de los cruzados y los préstamos que no se pudieran restituir. A punto de concluir el tratado entre el emperador Federico II y el sultán de Egipto, diversos señores franceses se dispusieron para partir hacia Oriente, bajo el mando de Teobaldo, el único que podía lucir el título de rey y que, por otra parte, compuso con tal motivo tres canciones de cruzada. La fuerza expedicionaria, integrada por unos dos mil caballeros, embarcó en Aigues Mortes y Marsella y llegó a Acre el 1 de septiembre de 1239. Los barones no querían negociar con el sultán para no seguir el deshonroso ejemplo del emperador Federico, pero se hallaban divididos sobre el enemigo que convenía atacar. Teobaldo decidió que primero se atacarían las posiciones egipcias de Ascalón y Gaza y después Damasco. Pero el conde Pedro de Bretaña se apoderó de una caravana siria y, celoso de este éxito, el conde Enrique de Bar realizó a su vez una temeraria incursión contra Gaza que acabó en desastre, quedando prisioneros más de 600 francos. Teobaldo desistió de su campaña en el sur e instaló su campamento en Trípoli; entre tanto estalló la guerra entre Siria y Egipto. El príncipe de Damasco ofreció a los cruzados Beaufort y Safed a cambio de su ayuda, mientras que el sultán egipcio brindaba por su parte Ascalón y la libertad de los prisioneros de Gaza. Teobaldo prefirió esta última opción, quebrantando la tradicional amistad de Damasco, con los cruzados desde tiempos de Saladino. Cuando en septiembre de 1240 los expedicionarios regresaron a Europa quedaban en manos cristianas Beaufort, Safed y Ascalón. La participación navarra en la Octava Cruzada (1270) contra Túnez constituyó el episodio final del reinado de Teobaldo II, fallecido a su regreso en la localidad de Trápani (Sicilia). La rivalidad entre los soberanos de Francia e Inglaterra frustraron la campaña de Tierra Santa en la que Felipe III de Evreux deseaba participar (1333).
En el siglo XV la amenaza turca en el Mediterráneo condujo a la predicación en Navarra de nuevas cruzadas en 1443 y 1459, acompañadas de las acostumbradas concesiones económicas. Pierres de Peralta, condestable de Navarra y embajador de Juan II ante la Santa sede, obtuvo del papa Pío II (1459) la cesión de la isla de Lagulona, en Grecia, si se rescataba de los turcos; pero apenas se alejó de Mantua, donde se había preparado la cruzada, fue revocada la concesión. En 1514, Fernando el Católico hizo renovar la cruzada para una expedición a África, extendiéndola al recién incorporado reino de Navarra.
LOS TEMPLARIOS.

En 1096-1099 se desarrolla la I Cruzada, en la cual participa entre otros el Hugo de Payns.
En el año 1118, el caballero francés, llamado Hugo de Payens y el caballero flamenco Godofredo de Saint-Adhemar, decidieron impulsar la fundación de una orden monástica, cuya finalidad era la la custodia de los Peregrinos y a la guarda de los peligrosos caminos que conducían a los lugares de Peregrinación. La denominaron Orden de los Pobres Soldados de Cristo.

Hugo de Payns
Godofredo de Saint-Omer
Godofredo Bisol
Payén de Mont-Didier
Archembaud de Saint Aignant
Gondemar
Andrés de Montbard
Hugo de Champagne
Jacques de Rossal
En la Edad Media, aparece un arraigado y exacerbado sentimiento religioso.
Este sentimiento religioso, se une al ideal de la Caballería: de defensa de los más desfavorecidos y lucha por nobles causas.
La Iglesia, introduce conceptos como: La paz de Dios, La tregua de Dios e iluminados como Pedro el Ermitaño, predican y encandilan a las muchedumbre con la Recuperación de los Santos Lugares.
Las peregrinaciones a Roma, empiezan a ser sustituidas por las peregrinaciones a Jerusalény Santiago de Compostela. Crean la una Guía Turística del Camino de Santiago de Ida y Vuelta, que es el Juego de la Oca. Recordamos que los Templarios, tenían prohibido jugar a los dados y ajedrez..
Los peregrinos estaban sometidos a la voluntad de los saltadores, al cobro de los Portazgosde los distintos reinos y los ataques de las alimañas.  La toma de Jerusalén por los turcos, provoca la reacción del Papa Urbano II, que proclama el Concilio de Clermont (1905), donde expone las vejaciones a las que son sometidos los peregrinos y los peligros que amenazan a los Cristianos occidentales.
Urbano II, inicia el discurso con la frase "Deus Vult" (Dios lo quiere). Los Príncipes y Reyes de Europa, se adhieren al llamamiento y queda convocada la I Cruzada.
La I Cruzada se dirige a Jerusalén y lo toman en 1099. Se constituyen: los Condados de Edesa y Trípoli, el Principado de Antioquia y el Reino de Jerusalén.
En 1100, se proclama como Rey de Jerusalén a Balduino I 

Bernardo de Caraval, definía en De Laude novae miliae, el espíritu que regiría la Orden:
La disciplina es constante y la obediencia es siempre respetada: se va y se viene a la señal de quien posee autoridad; se viste lo que el distribuye y no se va a buscar fuera alimentos ni vestiduras....
...llevan una vida en común sobria y alegre, sin hijos ni esposas...
...jamás se les encuentra ociosos ni curiosos
...Detestan los Dados y el Ajedrez
...No practican cacerías.
...lleva el pelo cortado al ras, nunca se peinan, raras veces se lavan, la barba hirsuta y descuidada...
El Rey Balduino I, había asentado su palacio en una Mezquita, que se había construido sobre la ruinas del Templo de Salomón y los Pobres compañero de Cristo ocupaban un patio contiguo.
En 1119, Balduino I, cambia su residencia a la Torre de David y los Pobres Compañero de Cristo, pasan a ocupar toda la mezquita que se levantaba sobre las Ruinas del templo de Salomón, pasando a denominarse, del: Templo y a sus caballeros Templarios.
Siguiendo la cita de Jacobo de Vitry:
Algunos caballeros, elegidos por Dios y ordenados a su servicio, renunciaron al siglo y se consagraron a Cristo.
Mediante solemnes votos pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a loa peregrinos contra los salteadores y los ladrones, a proteger los caminos y a servir en la caballería al Rey Soberano.
Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia, según la regla de los canónigos regulares.
Sus jefes eran dos hombre venerables: Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer.
En un principio, quienes tomaron tan santa decisión eran
 solamente nueve y durante 9 años sirvieron con ropas de seglar y se vistieron con lo que los fieles les dieron en limosna. El Rey, sus caballeros y el señor Patriarca se compadecieron de aquellos nobles hombres que habían abandonado todo por Cristo y les concedieron algunas propiedades y beneficios para atender sus necesidades y las de las almas de los donante.
Y como no tenían Iglesia o vivienda que les perteneciera, el rey los alojo en su palacio, cerca del templo del Señor.
El Abad y los canónigos regulares del templo les dieron, para las necesidades de su servicio, un terreno no lejos del palacio: por ese motivo se les llamó más tarde
 Templarios.
En 1128, Hugo de Payns, obtiene el permiso del Rey de Jerusalén, Balduino II, para oficializar la Orden.
Hugo de Payns regresa a Francia, acompañado por: Godofredo, Rolando, Joffroi Bisot, Payen de Montdidier y Archambaud de Saint-Amand.
Hugo de Champagne,(tío de Teobaldo de Brie, Conde de Champagne) no regreso a Francia, pero su amistad con Bernardo de Claraval, fue la clave, que permitió a Hugo de Payns, granjearse la amistad de Bernardo de Claraval.
Bernardo, demostró un interés desmesurado por el proyecto de Hugo de Payns y suyos son los frutos de la convocatoria de Concilio de Troyes.


La Cruz de doble Brazo, fue la cruz utilizada por la Orden, hasta que Eugenio III, le concedió a la Orden la Cruz Pateada.
La Cruz de la Ocho Beatitudes se adopto durante el maestrazgo de Roberto de Craon. La cruz se adapta a 8. 

La humildad y pobreza de Templarios, queda patente en el Sello y Símbolo usado por los Templarios: dos Caballeros templarios montados sobre una cabalgadura.
El sello, plasma la recogida y traslado de los peregrinos que iban a Jerusalén.
Los Templarios, venían con las cabalgaduras disponibles, a los puertos de Haifa y Tolomeida, a recoger a los Peregrinos que dirigían a Jerusalén. El reparto de cabalgaduras con los Peregrinos, exigía que dos Templarios compartieran una cabalgadura y cediesen la otra mitad de las cabalgaduras a los Peregrinos.
Este símbolo, del cual se han hecho múltiples interpretaciones, se ha usado para implicarles tendencias homosexuales, cuando representa: pobreza, humildad y ofrecimiento .
Los Caballeros Templarios, renunciaban a todo tipo de bienes personales, siendo la Orden la Propietaria de todos los Bienes.
Los Templarios, tenían prohibido compartir el caballo y las Reglas de la Orden,; estipulaban que cada Caballero Templario debía disponer de 3 caballos.


Al regreso a Europa de Hugo de Payens, recibió la ayuda de Bernardo de Caraval, que intercedió a su favor ante el Papa y determinadas Cortes europeas.
Como resultado de estos contactos, se convoco en Francia el Concilio de Troyes, redactándose las Reglas de la Orden del Temple. Las Reglas de la Orden eran una adaptación de las de San Benito, adaptadas a la versión reformada por los Cistercienses
Se adopta el hábito blanco, y posteriormente se le añade la cruz roja.
A la Orden del Temple se le conceden las Bulas:
En 1139 se le concede la Omne datum optimum
En 1144 se le concede Milites Templi
En 1145 se le concede Militia Dei (1145)


La armadura de los Templarios, era muy ligera, comparada con las de la época, estaba orientada a conseguir una caballería ligera y una gran movilidad como infantería. La vestimenta, era muy completa y estaba preparada para soportar los rigores del frio y calor.
Aunque la vestimenta era buena, debemos tener en cuenta que no siempre era posible, que los caballeros templarios, procedentes de centro y norte de Europa, se adaptasen a las condiciones de extremo calor de los Santos Lugares, Egipto, Tánger o el Sur de la Península Ibérica.

1 camisote
1 calzones de hierro
1 casco de hierro
1 espada
1 escudo
1 maza turca
1 lanza
1 sobreveste
1 chaqueta de armas
3 cuchillos: daga, cuchillo para el pan y cuchillo de bolsillo
1 gualdrapas
2 pares de calzones
1 cinturón pequeño
1 chaleco con faldones por delante y detrás
1 chaqueta de piel
1 manto blanco de piel para las épocas de frio.
1 manto de paño, para las épocas de calor.
ropa de cama
escudillas
calderos
cubiertos par el hermano y escudero
1 bolsa forrajera para los caballos



Capitulo. Era un Consejo compuesto por el Maestre y los hermanos de mayor experiencia y criterio. Cualquier decisión importante suponía convocar el Capitulo y su aprobación debía contar con el voto de la mayoría. Decisiones del Capitulo, eran: recepción de un nuevo Hermano, declaración de guerra, firma de armisticio, enajenación de bienes de la Orden,...
Maestre. Inicialmente el jefe de la Orden del Temple era el Gran Maestre de Jerusalén, pero mantenía el mismo rango que los demás Maestres de la Orden. El Papa Alejandro III, en su bula Omme datum optimum, define la nueva estructura de la Orden. La elección del Maestre, suponía la convocatoria del Capítulo con 12 miembros, elegidos mediante unas elecciones primarias, en la cual un comandante y un hermano, elegían a otros dos miembros del capitulo y estos a la vez a los siguientes miembros. Al Maestre electo se le entregaban los símbolos del: Bastón y el Látigo. Las Ordenes del Maestre, se consideraban como expresión de la voluntad de Dios. El Maestre, no podía disponer de los bienes de la Orden y solo le estaba permitido regalar: un caballo, un vaso de oro o plata, un manto de piel o una armadura. Estaba prohibido el regalo de lanzas y espadas. En campaña, el Maestre disponía de una tienda redonda sobre la que ondeaba la: bandera Blanca y Negra con la Cruz Roja de la Orden del Temple , a la que denominaban baucent
Senescal. Era el sustituto permanente del Maestre, debiendo asistir a todos los Capítulos. En campaña usaba las mismas insignias que el Maestre
Mariscal. era el jefe militar. Bajo sus Ordenes, se hallaban las armas y los caballos.
Comandantes. Encargados de proteger y cuidar a los peregrinos y sus monturas, garantizándoles seguridad y alimentos
Drapeir. Encargado del vestuario de los hermanos de la Orden. La Orden era muy escrupulosa con las ropas que identificaban a los Templarios y puede decirse, que muchos de los desmanes que se cometieron y asignaron a los Templarios, fueron cometidos por suplantadores, que usaban las ropas de la Orden.
Caballeros o Frates Milites. Los caballeros que hacían votos perpetuos, llevaban un manto blanco con una Cruz Roja. Llevaban el pelo corto y la barba hirsuta y descuidada. debajo del Manto y la armadura, llevaban camisa y calzoncillos, que tenían prohibido quitarse para dormir
Capellanes o Frates Capellanis. Los sacerdotes eran designados por un plazo fijo o a perpetuidad.
Sargentos o Escuderos Frates Servientes
Criados
Artesanos
Afiliados. Eran caballeros casados, que se aceptaban en la Orden, pero no podían residir en las casas Comunes de la Orden del Temple.

La Orden del Temple, fue un mártir de la Libertad y su avanzada concepción Social.
La Orden, fue condescendiente con otras concepciones religiosas, lo que les llevo en muchas ocasiones a ser considerados herejes u apostatas, algo tan alejado y poco creíble, que solo resultaba posible en una sociedad como la Medieval, donde la escritura estaba confiada a los Monasterios y los hecho eran propagados mediante lenguaje oral.
El apoyo a la huida de los cátaros y otros perseguidos de la Cruzada francesa, dirigida por Simón de Monfort, no supone que compartiese las mismas ideas, sino un acto de Misericordia y ayuda al perseguido.
El manejo de la escritura y la apertura a nuevos conocimientos de investigación, eran los peregrinos argumentos, usados para imputarles practicas alquímicas y pociones mágicas.

El proceso de los templarios y su supresión

Clemente V, el Papa que había instalado su sede en Aviñón y debía su tiara a Felipe el Hermoso.
Como parte de la estrategia, convoca el 6 de agosto de 1306 a Jacques de Molay, para que se traslade de Chipre a Francia, alegando que deben tratar del desarrollo de una nueva Cruzada. El maestre arribó a Francia, cargado de oro y plata para financiar la prometida Cruzada.

Guillermo de Nogaret, continuaba con su labor de buscar pruebas o falsas pruebas que pudieran suponer alguna imputación contra los templarios.
En 1305, apareció un zascandil, llamado Esquiú de Floryan, (posiblemente un extemplario, expulsado de la Orden) el cual decía que había compartido las confidencias de un Templario prisionero en Agen.
Esquiú de Floryan, ofreció la información a Jaime II de Aragón, con la promesa de participar en el botín de la Orden del Temple. Jaime II, pronto pudo comprobar, que no existían tales pruebas ni los hechos imputados. En 1308, Esquiú de Floryan, envía una misiva reclamando a Jaime I, su parte en el botín obtenido por desaparición de la Orden.
El desdén de Jaime II, lleva a Esquiú de Floryan, a ofrecerle la misma información a Guillermo de Nogaret, que obtiene así, una prueba para acusar a la Orden, convirtiéndose Esquiú de Floryan, en el principal testigo acusador.
Guillermo de Nogaret, introduce a 12 espías en la Orden, para confirmar las pruebas y obtener más información.

El 24 de agosto de 1307, Felipe el Hermoso, presiona al Papa, para que se una al complot, el cual se declina la propuesta, al no presentarle pruebas y promete una investigación profunda.
El complot se tramaba, sin que los Templarios tuvieran la más mínima duda o atisbo de las imputaciones que les iban a hacer. Felipe el Hermoso, distinguía a Jacques de Molay como padrino de uno de sus hijo.
Guillermo de Nogaret, actuaba presionando a la Inquisición y ofreciéndole falsa pruebas, para iniciar el proceso.
Definido el método, Guiilermo de Nogaret, asesora a Esquiú de Floryan y al abogado Guillermo de Paisians, para que presenten las correspondientes denuncias que permitan abrir un Proceso.

El gran Inquisidor, ya tiene las denuncias para abrir el proceso por Herejía, y solicitara a la autoridad el arresto de los encausados. Felipe el Hermoso, estaba asesorado por el Gran Inquisidor de Francia, el hermano Dominico Imberto.
El 14 de Septiembre de 1307, Guillermo de Nogaret, envía una misiva a todas la Iglesias y dependencias de Francia, con una orden muy concreta: Mantenerlo en silencio y no abrir hasta el día 13 de Octubre de 1307.
El contenido de la misiva, era la detención ese mismo día de todos los hermanos de la Orden del Temple, para mantenerlos en prisión, en espera del juicio de la inquisición y la confiscación de todos sus bienes.
La Orden del Temple, seguía sin sospechar absolutamente nada de la trama que cernía a sus espaldas. Felipe el Hermoso, agasajaba a la gran Maestre, de tal forma, que el día anterior a la detención, Jacques Molay, fue elegido para portar el cordón fúnebre de las exequias de Catalina Coutenay, esposa de Carlos Valois, hermano de Felipe el Hermoso.
Los dominicos, se habían convertido en el martillo de herejes y no ahorraban horrendas torturas, con tal de obtener una confesión que deseaban oír.
Actuaron en el proceso contra los cataros y realizaron una copia del mismo contra los Templarios.
El Inquisidor Guillermo de Paris, no ahorro torturas para obtener la primeras confesiones de los miembros de la Orden.
Intervino el Papa, que se encontraba en Poitiers y decidió que se paralizaran el proceso, suspendiendo el poder de los prelados e Inquisidores y trasladando el asunto a su Tribunal.
La intervención del Papa, no era para establecer un proceso justo contra los Templarios, sino, para reafirmar su poder frente al Rey de Francia, a quien le debía la tiara.
Los Templarios, eran una Orden religiosa que solo dependía del Papa y solo el tenia poder para disolverlos o juzgarlos.
La conjura funciona de nuevo, el Rey cede para satisfacer la demanda del Papa y le envía a Poitiers los Caballeros infiltrados que actuaban como espías suyos. Las declaraciones de autoinculpación estaban escritas y el Papa, obtiene pruebas que le justifican el levantar de nuevo el proceso y devolver la autoridad Inquisitorial, reservándose para él, el juicio contra el Maestre Jacques de Molay.

Felipe el Hermoso, engañó al Papa y le prometió retirar todas las acusaciones que pesaban contra su antecesor Bonifacio VIII, muerto años atrás como consecuencia de las desavenencias con el Rey, si redactaba la abolición de la Orden. Clemente V, a pesar de las informaciones favorables sobre la Orden y de las acusaciones poco fundamentadas que pesaban sobre ella, en el Concilio de Viena del Delfinato, y por provisión apostólica, decidió la abolición de la Orden con la Bula Papal Vox in Excelso, el 22 de marzo de 1312. En junio del mismo año la bula Ad Providam otorgó los bienes de los Templarios a la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén
Los Caballeros Templarios, que habían sido sometidos a la Inquisición, estaban en tal estado que era imposible que soportaran el traslado hasta Poitiers para declarar ante el Papa. Las torturas, físicas y mentales a las que fueron sometidos, daba como resultado al muy distinto a un ser humano. El diablo, se vestía Inquisidor, para torturar a los caballeros de Cristo


·         El 13 de octubre 1307. Detención de los templarios en toda Francia. Fecha legal de desaparición de la Orden del Temple y la transferencia de los bienes a la Orden del Hospital.
·         24 de octubre de 1307. Juicio al Maestre Jacques de Molay
·         3 de abril de 1312. Proclamación de la Bula Vox Clamantis, para la disolución de la Orden del Temple.
·         Febrero de 1318. Concilio de Tarragona. Absolución de los templarios catalano-aragoneses. Creación de la Orden de Montesa, bajo el reinado de Jaime II. Desde Aviñon, Juan XXII, proclama la bula Romanus Pontifex
·         1314 Fin del Proceso Inquisitorial contra la Orden del Temple.
·         18 de Marzo de 1314. Quema en la hoguera de los Maestres Jacques de Molay y Geoffroy de Charnay
¿Porque hubo que esperar 7 años, desde el momento en que declara la disolución de la Orden del Temple, hasta la quema en la hoguera de Jacques de Molay. ?
La disolución de la Orden en Francia, no conllevo la inmediata desaparición de la Orden. Muchos Templarios de Francia, España y Portugal, proclamaban su inocencia y se resistían a entregar sus armas y Castillos. ¿Que hubiese sucedido, si Jaime I el Conquistador, se hubiera puesto al frente de la Orden del Temple.? Estamos seguros, que hubiese obtenido la anexión de todas las Ordenes y de los estados del Sur de Francia, produciendo un cambio de Monarca y quizás del Papado, dando lugar a lo que hoy podemos considerar la EuroProceso contra la Orden del Temple y el gran Maestre Jacques de Molay
El papa, se había reservado el juicio contra el Gran Maestre Jacques Molay. El Papa , delega en un comisionado compuesto por: el Arzobispo de Narbona: Gil Aycelin, a los Obispos de Bayeux, Mende y Limoges y a otros 6 eclesiásticos.
Renuncia a hacerlo en persona y nombra un Comisionado Pontificio, que debía realizar las investigaciones en diferentes lugares: Sens, Reims, Rouen, Tours, Lyon, Burdeos, Narbona y Auch.
El Rey, se niega a que visiten los lugares citado, alegando que la mayoria de los Templarios se hallan en Paris.
Al Papa, Clemente, le recordaban la suerte de su antecesores Bonifacio VIII y Benedicto XI. Clemente V, accede a las imposiciones reales, dejando la decisión al Comisionado, que también acata las ordenes del Rey
El Comisionado, redacto una circular el día 8 de agosto de 1309, citando a partir del día 12 de agosto, a todos los hermanos de Temple, que deseen declarar en Beneficio de la Orden, en la gran sala del Obispado de Paris.
La Comisión espero cinco días y no apareció ningún Templario a defenderla. La totalidad de los Templarios de Paris, estaban la cárcel y torturados, lógicamente no podían presentarse a defender a la Orden.
Para darle un poco de credibilidad, se acordó que el obispo de Paris, fuese a las cárceles a preguntar a los Templarios, si estaban dispuestos a defender a la Orden. La respuesta de de Jacques de Molay y la de los Templarios fue afirmativa.
Hugo de Pairaud, acudió al comisionado, para defender a la Orden alegando que no debían dispersar los bienes de la Orden, como no confesaba las imputaciones que le hacía, lo llevaron de nuevo a prisión.
El 26 de Octubre, es llevado Jacques de Molay, ante el Comisionado Papal el cual le pregunto si estaba dispuesto a defender a la Orden, el Maestre respondió, que estando en manos del Papa y del Rey y sin posibilidad de consejo le resultaría imposible.
Nuevamente, el comisionado le pregunta si tiene la intención de decir toda la verdad, el Maestre responde que desea toda la verdad mediante el testimonio de: Reyes, Príncipes y prelados.

Los Comisarios, le advierten que tuviera cuidado con lo que ya había confesado a su cargo y a cargo de la susodicha Orden. Le leen las declaraciones en latín y después en francés.
El Comisionado, procede a leer los hechos que se le imputan, basándose en las declaraciones obtenidas por los hermanos o los espías introducidos como caballeros.
Jacques de Molay, se persigna dos veces, como muestra de incredulidad, asombro e indignación e intenta sacar la espada que no tenia, diciendo:
- ¡Si los comisionados que me interrogan, fueran de otra condición, yo sabría responderles adecuadamente!.
El secretario del proceso, invito a comparecer a cualquiera que desease defender a la Orden.
Se persono el Comendador de la Orden en Payns: Ponsard de Gisy. Su testimonio fue rotundo y derrumbo todas las acusaciones y argumentos expuestos en contra de la Orden
Ponsard de Gisy, afirmo que todas las acusaciones hechas a la Orden como renegar o escupir a Jesucristo, sodomía y otras barbaridades, eran falsas y que todo lo que los hermanos de la Orden habían confesado había sido bajo torturas, torturas que había dado lugar a la muerte de 36 hermanos en Paris y otros en otros lugares . Ponsard de Gisy, describió al Comisionado las torturas a las que había sido sometido y se ofreció para defender a la Orden del Temple, si le asignaban los bienes necesarios para los gastos del Juicio y el poder consultar a los hermanos sacerdotes Rinaldo de Orleans y Pedro Boulogne.
Con tales declaraciones Ponsard de Gisy, sabia que estaba condenado a la tortura por intentar defender a la Orden. Solicito a los comisarios, que ordenaran que no le torturasen.
Los comisarios ordenaron a Felipe de Voet, preboste de Poitiers y a Juan de Jamville, que no se le maltratara. De poco sirvió la petición y tal como temía Ponsard de Gisy, la tortura acabo él poco tiempo después.
Aymon de Barbonme, sargento de a orden, relato como había estado a pan y agua durante 9 semanas y como fue sometido 3 veces a la tortura del agua. Nueva comparecencia de Jacques de Molay, que aparece agotado y sin fuerzas:
Jacques de Molay: - Yo soy un gentilhombre iletrado; oí hablar de una misiva apostólica, según la cual el Papa se reservaba el juicio de mi persona y de los principales miembros de la Orden del Temple y por eso no digo más. Dispuesto estoy a presentarme ante el Papa, pero siendo mortal y por quedarme poco tiempo de vida, os ruego que le supliquéis a su Santidad, que me convoque lo antes posible, aunque solo podré decirle una sola cosa: He tratado de honrar a Jesucristo y a su Iglesia, en cuanto he podido.
A la declaración había acudido Guillermo de Nogaret, con la finalidad de controlar la declaración y alterar al Maestre.
Guillermo de Nogaret, decidió partir hacia Aviñon, para solucionar los temas que tenia pendientes, tras la muerte de Bonifacio VIII, en realidad, era una estrategia para ausentarse y dar a entender que no estaba implicado en la Conjura.
La ausencia de Guillermo de Nogaret, se cubre nombrando a Gil de Aucelin, que ya había tomado partido a favor del Rey y el cargo asignado era el pago por los favores prestados y los que tendría que prestar.

El generalizado sentimiento popular de un fraude, empezó a inquietar a Felipe el Hermoso, el cual obligo a Guillermo de Nogaret y Plaisians a entablar juicios en su nombre, obviando la Corona.
El juicio se suspendió 3 días y se reanudo el 6 de Febrero, con la asistencia de numerosos templarios. Las declaraciones de Ponsard de Gisy, habían dado un vuelco al proceso y la sensación era que la parte oficialista encabezada por Nogaret y los Inquisidores, tenía pocos fundamentos.
Pero Guillermo de Nogaret, antes de ausentarse, había previsto un desfile de testigos, entre los que se encontraban los falso templarios infiltrados y aquellos otros Templarios, que ante la tortura, resultaron ser dóciles. Empleando las declaraciones de sargentos y sacerdotes y haciéndoles falsas promesas, declararon que tenían intención de defender la Orden, pero en realidad, testificaban lo que les habían escrito previamente.
El primer día declararon 15 Templarios, al día siguiente 33, entre ellos Beltrán de Sartiges, comendador de Vienne, que presento una férrea defensa del Temple frente e las acusaciones de los comisarios.
El día 14, declaran dos caballeros Templarios encarcelados en Sens, uno de ellos, Lorenzo de Beaume, comendador de Epailly, muestra durante su declaración, una carta enviada y redactada por Juan de Jamville, donde les expone: las confesiones que deben realizar y les amenaza con la hoguera en caso de no seguir las indicaciones facilitadas.. Lorenzo de Beaume, fue quemado vivo, 3 meses después de testificar.
La farsa de las declaraciones apañadas, empezaba a ir demasiado de prisa y Juan de Jamvile y Felipe de Voet, deciden tomar declaraciones a los incorruptos: Juan de la Tour, tesorero del La Orden, Guillermo de Arblay, excapellán del Rey y al mismo Jacques Molay, que seguía insistiendo en declarar ante el Papa.

El 14 de Marzo, los comisarios llaman a 80 templarios para leerles el Acta de Acusación de Comisariado, firmada y sellada con el sello de Guillermo de Nogaret y compuesta por 127 artículos con las acusaciones..
El mismo día reunieron a 595 Templarios, entre caballeros, sargentos y sacerdotes y les leyeron el acta de acusación en Latin y la Bula Faciens misericordiam. La voz de los Templarios fue una y todos querían defender a la Orden frente a las ignominias vertidas. El Arzobispo de Narbona, les aconseja que elijan 6 procuradores o síndicos. La elección recayó en:
Pedro de Boulogne. Sacerdote. Procurador de la Orden en el Tribunal de Roma.
Rinaldo de Provins. Sacerdote. Comendador de la Orleans.
Guillermo de Chambonnet. Caballero. Comendador de Blandeix.
Bertran de Sartiges. Caballero. Comendador de Sartigues. Ya se había destacado en el proceso de declaración
Los cuatro caballeros muestran el deseo de reunirse con el Maestre del temple y los bailíos, pero el Comisariado, les comunica que en el estado en que se encuentran, renuncian a defender a la orden.

La elección de Procurador o Sindico, era otra trampa legal les había tendido a los Templarios, pues la elección de sindico necesitaba de los 2/3 de cada casa de la Orden, algo que no podía suceder, pues estaban todos en diferentes cárceles y la de procurador, solo podía representar al mandante.
El 7 de Abril, Pedro de Boulogne expuso ante el Comisariado sus alegaciones:
El Rey engañado por algunos de sus seductores, informó erróneamente al papa y los dos fueron engañados por falsos testimonios y por difamación pública
La difamación había sido montada por Guillermo de Nogaret y en ningún momento pudo mostrar hechos o documentos que la justificasen.
Los Templarios estaban en las cárceles y los comisarios rechazaban todos los argumentos expuestos, alegando que la difamación no podía ser puesta en duda, según la publicación de la Bula Faciens misericordiam. Los acusados de herejes, no podían invocar ningún privilegio contra los Inquisidores.
Nuevamente Juan de Jamville y Felipe de Voet, presentan dos testigos amaestrados:

El 13de Abril, Guiscardo de Marziac, acude a contar la historia de su sobrino Hugo Marchand, un de estudiante de Derecho de cuarenta años, el cual tuvo que dejar su licenciosa vida por los revés económicos de su familia e ingreso en el Temple. Permaneció un mes en la Orden y se fue, falleciendo dieciocho meses después, sin que revelara ningún tipo de problema ni secreto contra la Orden.
El notario Raúl de Prael, amigo del comendador de Laon: Gervasio de Beauvais, confeso que le había dicho: "que existía un compendio de Estatutos, que enseñaría de buen grado, pero que había otros secretos que no enseñaría por por nada del mundo. Las palabras puestas en boca del Maestre se referían a estatutos ocultos o a los conocimientos ocultos de escritura y criptografía.

Pedro de Boulogne se queja al Comisariado, de la violencia las tretas que habían padecido como defensores, citando que a aquellos templarios que mantenían su confesión se les prometía salvar la vida, la libertad y un renta vitalicia, pues solo trataba de condenar a la Orden del Temple.

El día 12, antes de iniciar la sesión, llegan las noticias de que el Arzobispo de Sens: Felipe de Marigny, ha condenado a 54 de los Templarios, que se habían prestado a defender la Orden. Los cargos eran herejes relapsos y fueron quemados vivos.
Este y otros muchos hechos confirman la bufonada del proceso, se les acusa y quema sin terminar el proceso. Los comisarios, no pueden dar crédito y envían emisarios al Arzobispo para que sobreseyese la ejecución de la sentencia, pues aseguraban que la Orden y ellos mismos eran acusados falsamente de los hechos que se les imputaban.
Los 54 Templarios fueron quemados vivos en frente a la Iglesia de Saint- Antoine y las cronistas reales, transcriben:
Por mucho dolor que sufrían, ni siquiera en su destrucción quisieron reconocer nada...
Que sus cuerpos pertenecían al Rey y su alma a Dios.
El 13 de mayo, se presento como testigo el sargento Aimery de Villiers-le-Duc, el cual había presenciado el día anterior las carretas con los Templarios que iban a quemar vivos en la hoguera. Aimery, confeso que todas las imputaciones que se hacían contra la Orden del Temple eran falsas, pero que por temor a una muerte así, confesaría si se lo pidiesen, que había matado al Señor

El 27 de Mayo queman en Paris a Juan de Taverny y a otros 4 Templarios, en Reims, queman a otros 9 Templarios.
Los Comisarios, se ven desbordados, no tiene sentido una comisión Papal, cuando a los Templarios se les quema sin Juicio. Se retrasan los trabajos de la comisión, hasta octubre y solo quedan dos procuradores para defenderla: Beltrán de Sartiges y Guillermo de Chambonet.
El sacerdote Rinaldo de Provins, es degradado y no puede actuar como procurador.
Pedro de Boulogne, conjuntamente con otros 8 Templarios, recurre a la desesperada al Concilio de Vienne, para implorar la intervención del Papa y la respuesta obtenida es encerrarlos en prisión. Los Templarios habían comunicado al papa que 2000 hermanos, se hallaban escondidos en los alrededores de Lyon para secundarles. Clemente V, aumento significativamente su guardia y advirtió a Felipe el Hermoso.
A partir de este momento, el comisariado actuó como pura formalidad y le presentaron como testigos a Templarios amaestrados, que confesaban la realización de ritos obscenos, pero ninguno confeso renegación de Cristo o de la Cruz.
El proceso, ya se había realizado y no tenia sentido seguir con el comisariado. Después de escuchar a 231 testigos, es decir, una mínima parte, de los 20.000 Templarios, existentes en las más de quinientas encomiendas quela orden tenia en Francia
El día 20 de marzo, Felipe el Hermoso se desplaza a Vienne. Negocia con el Papa y acuerdan: los tesoros de la Orden y la ciudad de Lyon, pasarían a manos del Rey y los bienes inmuebles de la Orden al no poder entregárselos a un seglar, se destinarían a la Orden del Temple. Finalizado el acuerdo, el día 22, Clemente V, procede a decretar la supresión de la Orden del Temple, sin tener la condena formal de la Orden.

El castigo más grave para un Templario era la expulsión de la Orden del Temple y según la Regla, solo se podía producir en diez supuestos:

Simonía
Violación del Secreto del Capitulo
Ratería
Asesinato de un Cristiano
Conspiración
Salir de Una Casa ilícitamente de un Castillo o una Casa
Traición
Herejía
Sodomía
Huida del Campo de Batalla
Cuando un Templario era despedido de la Orden, se debía presentar ante el capitulo: desnudo, cubierto solamente por los calzones y con una correa al cuello.
El expulsado, tenia que dejar toda su ropa, porque : "Algunos malos hermanos que abandonan la Orden, se llevaban los hábitos y los llevaban en las tabernas y en los burdeles y en los malos lugares y los empeñaban o vendían a las malas personas, de lo cual la Orden sentía gran bochorno, gran vergüenza y gran escándalo...".
Sobre las causas del Juicio
Escupir sobre la Cruz y negación de Cristo. En ningún documento de la Orden se puede obtener tal afirmación. Las imputaciones, realizadas con declaraciones bajo tortura, se hablaba, de tales prácticas, en la recepción de los neófitos a la Orden. Tales imputaciones no son ciertas y de existir alguna certeza, sería un concepto de novatada, alejada de los estatutos de la Orden. Como juzgaríamos, hoy día a nuestros Ejércitos o Colegios Mayores, donde estando prohibidas aun siguen ejerciéndose.
Como se puede mantener la idea de que renegaban de Cristo, cuando entraban en la Orden de los Compañeros de Cristo.
Realizar Besos obscenos en las Ceremonias. La Orden, fue el vaso comunicante entre Oriente y Occidente de: cultura, ideas y costumbres. Besarse, en las culturas orientales, no significaba lo mismo que en Occidente. ¿Cómo hubieran juzgado a lo dirigentes rusos, que acostumbraban a besar en la boca a sus invitados.?

Practicas perversa de Sodomía. Seguro que las hubo, la orden se nutria de la Sociedad y aunque era una practica prohibida por las Reglas de la Orden, las condiciones de aislamiento, la convivencia entre varones y el ser una practica muy tolerada en Oriente, pudo dar lugar a la realización de practicas sodomitas. La gran mayoría de los Templarios eran heterosexuales, como lo demuestra la contradictoria acusación de tener hijos con monjas. Poco y mal podemos decir del tribunal que juzgo a la Orden, si la finalidad del Juicio fuese la búsqueda de la Verdad, la Orden hubiese salido impoluta, pero el tribunal tenia la condena preconcebida, aunque no hubiese argumentos. Las Reglas de la Orden, eran estrictas y señalaban que dormían en un camastro con sábana, n podían quitarse las calzas para dormir y el dormitorio estaba siempre iluminado.
Adorar a un ídolo en forma de cabeza, llamado Baphomet. Los Orden del Temple, tenia una gran devoción a Santa María Magdalena. El Baphomet, era el símbolo de la Muerte con Resurrección de Cristo, personificado en una Calavera. En la Edad Media, era costumbre recubrir las cabezas o calaveras de los santos, de oro, plata y adornos, así podemos ver hoy día, cabezas de Santos en diferentes Iglesias. La Calavera o Baphomet, es el mismo símbolo, que se representa a los pies de María Magdalena. La Orden no adoraba a ningún un ídolo o símbolo Satánico, si no a un símbolo cristiano : la resurrección de Cristo.
Llevar en la cintura una redoma, que había sido consagrada con el Baphomet
Los capellanes no consagraban la hostia en las celebraciones de la Eucaristía
Robos y saqueos al Tesoro Real. Felipe el Hermoso le confirió la custodia de los tesoros y según figura en actas percibió diferentes prestamos, sobre los que no se cobraban intereses

Ingerir las cenizas de los Templarios muertos e incinerados
... engendrar hijos con monjas, para extirparles la grasa con que untaban el Baphonet y quemar a los niños. Las reglas lo prohibían de forma tajante: Consideramos peligroso para la religión, que se mire demasiado las caras de las mujeres; por esta razón, que nadie ose besar a una mujer, sea viuda, doncella, madre, hermana, tía... ni a ninguna otra.
Haberse acogido a las creencias de Islam. Nunca se ha podido demostrar, ni existen hechos. La Orden aprendía de las culturas Orientales.
Orinar encima de la Cruz el Viernes Santo.
Asesinar a quienes no adoraban al Baphomet o rompían el secreto.

El 18 de marzo de 1314, en el atrio de la catedral de París, el Gran Maestre del Templo, Jaques de Molay, fue condenado por el tribunal inquisitorial junto con otros 38 caballeros; aquella misma tarde fueron quemados en la hoguera.
Trasladan a Jacques de Molay desde la prisión de Gisors a París para que el 18 de Marzo de 1314, comparezca conjuntamente con los tres bailíos, ante el Arzobispo de Sens y los dos Cardenales asesores. Recordar que el Arzobispo de Sens, ya había quemado templarios sin haber finalizado el juicio.
Para la ocasión habían preparado un cadalso enfrente al pórtico de Notre Dame. Una inmensa multitud se había congregado para escuchar la sentencia: CADENA PERPETUA.
Ante tal injusticia, Jacques de Molay y el Comendador de Normandía Godofredo de Charnay, proclamaron en voz alta:

La inocencia de la Orden del Temple.

Revocaron sus confesiones
El Maestre, se volvió hacia la muchedumbre y dijo en voz alta: que todo lo que decía ese documento era falso y que no había dicho ni confesado tales cosas, sino que eran buenos cristianos
Ante ese discurso el Maestre fue golpeado en la boca, por uno de los guardianes y ya n pudo proseguir.
El gran Maestre Jacques de Molay, había mantenido su fidelidad y obediencia al Papa, hasta el extremo de hacer una dejación de defensa de la Orden, esperando siempre que fuese el Papa, quien los juzgase.
Mientras había creído en la Justicia y Autoridad de Clemente, se había resistido a hablar, perdida la esperanza de Justicia, Jacques de Molay, podía comenzar a hablar y ello representaría un grave problema y peligro para la Iglesia y la Corona.
Los Cardenales son conscientes de los problemas que puede ocasionar si habla Jacques de Molay y deciden meditar sobre el tema, enviándolos al preboste de Paris.
La Corona y su Consejo ha sido informada de los Hechos, y no caben las deliberaciones de los Cardenales. La Orden de la Corona, es tajante:
QUEMARLOS COMO HEREJES RELAPSOS.
LA CADENA PERPETUA DEL TRIBUNAL,NO VALIA, POR DESEO DE LA CORONA DEBIAN SER QUEMADOS VIVOS EN LA HOGUERA.
Se decidió proceder a quemarlos, aunque no estuviese ningún eclesiástico, el Maestre y Charnay fueron llevados en una barca hasta la isla de los Juncos (Javiaus), próxima a los jardines del rey y la Iglesia de San Agustín, en el emplazamiento actual de los muelles Grands Agustins, donde habían llevado la leña para la Hoguera.
Jacques de Molay, se dispuso a morir serenamente, se desvistió y soporto las crueldades de los guardianes. Pidió permiso para juntar las manos y rezar por ultima vez a Dios de cara a Notre Dame y les pidió a sus verdugos que lo cuando lo ataran al poste de la Hoguera, lo pusieran de cara a Notre Dame. Afirmo por ultima vez que La Orden del Temple era inocente y dejaba en manos de Dios.
Ataron al poste a Jacques de Molay y Godofredo de Charnay y prendieron fuego a la leña. Las vidas de Molay y Charnay desaparecían entre las llamas, acallando cualquier posibilidad de hablar.

Hugo de Pairaud y Godofredo de Gonneville, al no intentar hablar, mantuvieron la condena impuesta de cadena perpetua y desaparecieron en las cárceles.
Jacques Molay se encomendó a la Justicia Divina y todos los actores de la falsa acusación y farsa de proceso tuvieron un final trágico:
Cardenal Esteban de Suisy. Falleció durante el transcurso del Concilio de Vienne.
Arzobispo de Tolosa. poco tiempo después de Esteban.
Guillermo de Nogaret. Tan macabro personaje, ceso como canciller, siendo postergado al olvido y falleció el 11 de abril de 1313.
Guillerm de Plaisians. Falleció el 22 de diciembre de 1313.
El Papa Clemente V. Se retiro al Condado de Venaissin, rodeado de Cardenales y no volvió a conceder más Audiencias. Ocas semanas después de quemar a Jacques de Molay, cayo enfermo y como de una venganza se tratase, sus médicos le recetaron tomar esmeraldas machadas. Murió en Roquemaure-sur-Rhone, el 20 de abril de 1314.
Felipe el Hermoso. La guerra de Flandes, el descontento popular y los problemas de sus nueras, enturbiaron su reinado, falleció el 29 de noviembre de 1314.
Es un pergamino de grandes dimensiones (70x58 cm), redactado por los tres legados del Papa que formaban la comisión investigadora especial sobre los Templarios: los cardenales: Berenguer Fredol, Etienne de Suisy y Landolfo Brancacci.
Fue escrito en Chinon, población perteneciente a la diócesis de Tours, los días 17 al 20 de agosto de 1308. El manuscrito, se consideraba perdido en el siglo XVI y fue redescubierto en el año 2001 en los Archivos Vaticanos.
El folio de Chinon, contiene los interrogatorios realizados por la comisión papal a los templarios, en el castillo de Chinon (Francia), donde estaban encarcelados y las notas escritas por Clemente V y sus colaboradores.

El Folio de Chinon, demuestra que el papa Clemente V dio la absolución al Gran Maestre del Temple, Jacques de Molay, y a sus hermanos de la Orden.
El Pontífice les permitió además "recibir los sacramentos cristianos y ser acompañados de un capellán" hasta ser quemados en la hoguera.
El Documento de Chinon, demuestra la falsedad de las imputaciones realizadas contra la Orden, la bufonada del Proceso y los intereses que movió a los promotores. • Había que acabar con la Orden del Temple, acallando a Jacques de Molay y otros bailios. Jacques de Molay, había permanecido callado, sin apenas defender a la Orden, debido a la Obediencia que tenia al Papa y en todo momento exigía que fuese el Papa quien le juzgase. Emitida la injusta Orden de cadena perpetua, Jacques de Molay, pretende hablar y se le acallan a golpes. En este momento, se habría roto la obediencia de la Orden al Papa y las confesiones de Jacques de Molay, suponían un grave peligro para el Rey y el Papado.
¿Ya no se podrán sostener la acusación de renunciar a Cristo?. Jacques de Molay y Godofredo de Charnay, ante la injusta muerte en la Hoguera, piden que se les administren los sacramentos cristianos y lo quemen mirando a Notre Dame.?

Fueron condenados a Prisión Perpetua, pero el Rey Felipe el Hermoso, decidió: QUEMARLOS COMO HEREJES RELAPSOS.
LA CADENA PERPETUA DEL TRIBUNAL, NO VALÍA, POR DESEO DE LA CORONA DEBÍAN SER QUEMADOS VIVOS EN LA HOGUERA.
El Documento de Chinon, demuestra la falsedad de las imputaciones realizadas contra la Orden, la bufonada del Proceso y los intereses que movió a los promotores.
Había que acabar con la Orden del Temple, acallando a Jacques de Molay y otros bailios. Jacques de Molay, había permanecido callado, sin apenas defender a la Orden, debido a la Obediencia que tenia al Papa y en todo momento exigía que fuese el Papa quien le juzgase. Emitida la injusta Orden de cadena perpetua, Jacques de Molay, pretende hablar y se le acallan a golpes. En este momento, se habría roto la obediencia de la Orden al Papa y las confesiones de Jacques de Molay, suponían un grave peligro para el Rey y el Papado.
El Pergamino de Chinon, deja al descubierto las vergüenzas de Papa Clemente V, pues permite quemar a unos inocentes, que dependían directamente de él.
La crítica histórica que acompaña a los ejemplares editados, toma partido por la afirmación de que Clemente V "absolvió a los templarios" pero que "comprendió que para evitar un cisma en la Iglesia era necesario sacrificar la supervivencia de la Orden".

El santo Grial: el mito, la leyenda y la verdad


La historia del Santo Grial ha inspirado numerosos libros de ficción e imaginación, incluyendo películas muy populares.
 La verdad sobre la actual ubicación de este cáliz es menos clara. 

Un investigadora, Janice Bennett, autora del libro publicado en Estados Unidos «St. Laurence and the Holy Grail» (Ignatius.com) cree que la historia del cáliz se puede seguir desde el viaje de San Pedro a Roma hasta que finalmente quedó custodiado en España. 

Bennett posee un master en Literatura española por la Universidad de Colorado y un certificado de «Advanced Bible Studies» de la Escuela Católica Bíblica de Denver. Es miembro del centro español de Sindonología, con sede en Valencia, España. 

Ha compartido con Zenit sus razones para creer que la Santo Cáliz que se venera en Valencia es la copa usada por Jesús en la Ultima Cena. 

--¿Qué es exactamente el Santo Grial? ¿Cómo responde usted a quienes dicen que es sólo una leyenda? 

--Bennett: Para los cristianos, el Santo Grial es y siempre ha sido la copa usada por Jesús para consagrar el vino en la Ultima Cena, el auténtico receptáculo que recibió la sangre de Cristo en el apenas instituido sacramento de la Eucaristía. 

La gente de todo los tiempos se ha quedado un poco perpleja de que esta preciosa reliquia haya originado un importante número de historias fantásticas sobre guerreros, monjes y reyes que se embarcaban en su búsqueda. 

Esto ha sido así no sólo para la gente medieval sino para personas de nuestro hoy, dada la actual popularidad de las leyendas sobre el Santo Grial y películas tales como «Indiana Jones y la Ultima Cruzada», en la que Indiana Jones descubre un gran número de posibles griales en la inverosímil ubicación de Petra, Jordania. 

Lamentablemente, el grial que Indiana dice que es auténtico es el menos probable, históricamente hablando, porque está hecho de madera, un material poroso que estaba prohibido en la celebración de la Pascua judía. 

Es innegable que Jesús utilizó una copa para la consagración y que esta copa es un objeto histórico, no un mito. Quizá a causa del misterio y fantasía que han rodeado a esta reliquia por excelencia, algunos investigadores actuales han creado un escenario por el que el Santo Grial podría estar relacionado con temas que van desde la Sábana Santa de Turín hasta María Magdalena 

Otros definen el Grial simplemente como un interrogante personal o una exploración del ser, o lo relacionan con toda suerte de antiguas leyendas y ritos de la fertilidad, conduciendo a una gran confusión como la que tenemos actualmente. 

--¿Por qué llegó a investigar sobre su existencia y paradero? 

--Bennett: Mi marido y yo visitamos la Capilla del Santo Grial en la catedral de Valencia a principios de los años noventa. Pensé que era muy extraño que dijeran tener la copa usada por Jesús en la Ultima Cena, porque nunca oí nada parecido en los Estados Unidos. 
La única información disponible era un pequeño folleto, no muy bien traducido al inglés, que mencionaba al Papa Sixto II, confiando la copa a San Lorenzo en el año 258 después de Cristo, y que San Lorenzo la envió a España en manos de un soldado español. También ofrecía una breve historia de la reliquia en España. 

Años más tarde, cuando investigaba sobre reliquias en la Biblioteca Nacional de Madrid, recordé aquel folleto. Busqué información sobre San Lorenzo y encontré una traducción muy interesante de un documento que se dice escrito por san Donato, en el siglo VI, que no sólo contiene una biografía de los primeros años de San Lorenzo sino que confirma que este traslado tuvo lugar. 

Al mismo tiempo, encontré un librito, escrito por el sacerdote responsable de cuidar la reliquia, a principios de la guerra civil española de 1936. 

Cuando examiné las fotos de donde había sido escondida durante el conflicto --dentro de los cojines de un sofá, en el compartimento secreto de un armario y tras una pared de piedra--, me quedé verdaderamente sorprendida de las dificultades que la reliquia ha sufrido a través de los siglos. 

Inmediatamente me di cuenta que tenía que investigar la historia de esta copa en profundidad. El Santo Cáliz de Valencia no sólo reivindica su autenticidad sino que tiene detrás una larga tradición y una historia fascinante que apoya completamente esta afirmación. 

--¿Qué se piensa que sucedió al Santo Grial inmediatamente después de la Última Cena? 

--Bennett: Muchos estudiosos creen que el Cenáculo --la habitación en la que tuvo lugar la Ultima Cena--, y el Santo Cáliz eran propiedad de la familia de san Marcos, el evangelista, que hizo de intérprete de san Pedro en Roma. 

San Marcos y san Pedro vivían en relación estrecha y parece tener sentido que san Marcos diera la Santa Copa a san Pedro, por la simple razón de que era muy importante para los primeros cristianos usar reliquias en la liturgia, y Pedro era la cabeza de la Iglesia. 

La tradición española afirma que san Pedro se llevó el Santo Cáliz consigo a Roma, donde lo pasó a sus sucesores hasta la persecución de Valeriano, en el año 258. 

Debido al grave peligro de que la preciosa reliquia cayera en manos de los romanos, san Sixto II, sabiendo que pronto sería martirizado, confió la copa a su tesorero y diácono, san Lorenzo. Éste a su vez la dio a un soldado español pidiéndole que la llevara a Huesca, España, donde sabía que su familia se haría cargo de ella. 

Esta antiquísima tradición se apoya en muchos factores: el canon romano de la Misa, el hecho de que la copa no se menciona en Roma hasta el siglo III, varios documentos, y la presencia tradicional e histórica del Santo Cáliz en España. 

--¿Cuál es su teoría sobre la historia del Santo Grial y la actual ubicación? 

--Bennett: Mucha gente cree que hay cientos de posibilidades sobre el auténtico Santo Grial, según el viejo dicho de que si se reunieran todos los pedazos de la Verdadera Cruz extendidos por el mundo, habría madera suficiente para una docena de cruces. No es éste el caso. 

Es verdad que en el siglo XVI había unas 20 copas que reivindicaban el honor de ser la auténtica usada por Jesús en la Ultima Cena. Pero hoy ninguna de ellas es considerada auténtica, con la excepción del Santo Cáliz de Valencia y la copa de plata de Antioquía. 

La copa de plata de Antioquía tiene una capacidad de dos litros y es demasiado grande para poder pasar de mano en mano, en torno a la mesa de la Ultima Cena durante la comunión eucarística. Lo interesante, sin embargo, es el hecho de que san Jerónimo mencionara que había dos copas sobre la mesa de la Ultima Cena, una copa de plata que contenía el vino para la cena, y una de piedra que fue usada para la institución de la Eucaristía. 

Sólo el Santo Cáliz de Valencia, con la parte superior de piedra de ágata, responde a la descripción de san Jerónimo acerca de la copa usada por Cristo en la consagración. Cuando se examina su tradición e historia en detalle, es completamente evidente que todo concuerda. No creo que alguien pueda desautorizar la teoría de que el Santo Grial es en efecto el Santo Cáliz de Valencia, España. 

--¿Qué fábulas modernas equivocadas han detectado los modernos estudiosos sobre el Santo Grial y sobre quienes estuvieron implicados en su traslado? 

--Bennett: Cuando hablamos del Santo Cáliz de Valencia, uno de los problemas ha sido una laguna de información sustancial y sobre los hechos que van más allá de la tradición de san Lorenzo, y otra ha sido la afirmación errónea de que hay muchos griales que reclaman ser el que el Papa Sixto II dio a san Lorenzo. 

Los hechos a menudo se mezclan con afirmaciones falsas y material legendario, de tal manera que hacen dudar sobre la posibilidad de llegar a saber la verdad. 

Un serio rival de la tradición de san Lorenzo, al menos en la opinión popular, es la leyenda de que José de Arimatea llevó el Santo Grial a Inglaterra. 

Está basada en el poema «Joseph of Arimathea», del poeta Robert de Boron, que confirma la leyenda apócrifa de Nicodemo, añadiendo que José de Arimatea llevó el Grial a Glastonbury, para unir la cristiandad a los huesos del legendario Arturo que se suponía habían sido enterrados allí. 

Narra que José de Arimatea recogió la sangre de Cristo en una vasija que fue usada como bandeja para el pan y el cordero pascual en la Ultima Cena, y luego la entregó al dios celta Bron que la llevó a Occidente como un talismán de inmortalidad. 

No es difícil comprender que esta leyenda no se basa en nada jamás probado y el grial en este caso no es una copa histórica, sino más bien una bandeja que no existió en realidad. Nos encontramos ante un ejemplo perfecto de mezcla de fantasía y realidad, literatura y leyenda que permite muchas discusiones sobre el Santo Grial. 

--¿Por qué el Santo Grial debería interesar a los cristianos en la actualidad? 

Bennett: El Santo Grial debería interesar a los cristianos de hoy por la misma razón de que siempre ha sido venerado, a través de los siglos, como la copa usada por Cristo para instituir la Eucaristía. 

Es muy apropiado que este último «descubrimiento» sobre el Santo Grial coincida con el Año de la Eucaristía, que fue proclamado por el Papa Juan Pablo II, en la fiesta de Corpus Christi en junio y empezó en octubre. En la celebración de este sacramento, tan central a la fe, a lo largo de todo el año, los católicos están llamados a honrar la Eucaristía para recibirla con más fe y reflejar más profundamente su significado en sus vidas y en la vida de la Iglesia. 

La historia del Santo Cáliz de Valencia es un hermoso recuerdo de la importancia de este sacramento en la vida de la Iglesia, tan evidente en el cuidado por conservar a través de los siglos la vasija usada por Cristo en la institución de la Eucaristía. 

La historia inicia con san Pedro, primera cabeza de la Iglesia, que llevó la copa sagrada a Roma para usarla en la liturgia de la Misa. Sigue con los santos Sixto y Lorenzo, ambos martirizados por rehusar entregarlo a los romanos. 

La Iglesia en España protegió la vasija de la invasión musulmana en el siglo VIII y años más tarde vemos el mismo respeto y heroico valor en quienes salvaron la copa de la destrucción durante la guerra de independencia y la Guerra Civil españolas. 

Gracias a su deseo personal, en 1982 el Santo Padre fue el primer Papa en celebrar la Misa con la reliquia desde san Sixto II en el siglo III, y hoy los cristianos de todo el mundo pueden venerar esta copa tan especial. 

Este es un milagro de nuestros días que puede darnos ocasión para profundas reflexiones sobre la importancia de la Eucaristía en nuestra vida diaria, de manera que podemos públicamente proclamar que el sacrificio de Cristo es para la salvación del mundo entero, como desea el Santo Padre.

La vida de los templarios a través de su arquitectura

http://rtve.es/v/715499



VIAJE A LA ARQUITECTURA TEMPLARIA Por D. Carlos García Martín Organizado por el Colegio de Arquitectos de la Comunidad Valenciana, se realizó un Viaje a la Arquitectura Templaria de la antigua Corona de Aragón, visitándose los Castillos de Alcalá de Chivert, Peñiscola, Miravet y Monzón.


Uno de los asistentes, el que esto firma, por su doble condición, de Arquitecto y Templario, ha considerado que sería interesante escribir una crónica del citado viaje haciendo hincapié en la descripción de los castillos, enclaves templarios de primer orden tanto por su interés histórico como arquitectónico. Esta no va a ser por lo tanto la descripción de un viaje sino la de los castillos visitados y del entorno histórico en el que se construyeron y, sobre todo, fueron habitados por la Orden. 
Por ello es conveniente hacer a modo de introducción una breve reseña histórica de los hechos más importantes relacionados con el Temple entre los siglos XII y XIV en el ámbito territorial de la Corona de Aragón. En efecto, la influencia de los Templarios fue tal desde 1133 a 1319 año en que sus posesiones pasan a la recién fundada Orden de Montesa, que el conde Ramón Berenguer III antes de morir ingresó en el Temple, entregando a la Orden lo que para un caballero constituía su más preciada posesión, es decir, su lanza y su caballo. 
Así mismo el rey Alfonso I el Batallador dejó a su muerte su reino a las tres Órdenes militares nacidas en Tierra Santa – Hospitalarios, Santo Sepulcro y el Temple, herencia que al menos por los templarios no fue aceptada a cambio eso si, de algunas posesiones en el reino de Aragón. Ramón Berenguer IV dio el Castillo de Monzón a la Orden del Temple el 27 de Noviembre de 1143, siendo en este castillo donde años más tarde fue instruido por el Maestre Guillem de Mont-Rodon el que sería el rey Jaime I el Conquistador. 
CHIVERT
El viaje comienza con la visita al castillo de Alcalá de Chivert. Este castillo, en la actualidad en rehabilitación y del que no existe ninguna parte habitable se encuentra situado en el actual término municipal de Alcalá de Chivert, en lo alto de un pico de la Sierra de Irta y desde el mismo se domina el valle en medio del cual se ubica el pueblo de Alcalá de Chivert. A pesar de estar muy cercano al mar no se divisa desde el castillo ya que se lo ocultan las estribaciones de la sierra de Irta más cercanas al mar y que van desde Peñiscola al norte hasta el caserío de Alcocebre al sur. El castillo es de origen islámico y fue conquistado por Jaime I en 1234 cediéndoselo a la Orden del Temple, pasando después de la extinción de la misma a la Orden de Montesa, por lo que la mayor parte de su fábrica corresponde a la Orden del Temple y posteriormente a la de Montesa. Vista del castillo de Alcalá de Chivert (foto del autor). La visita fue guiada, explicada y comentada por la arquitecta Vera Hofbrauerová , quien tiene a su cargo la restauración del castillo. Así mismo participó en la visita el arquitecto Arturo Zaragozá Catalan, arquitecto inspector de Patrimonio Artístico de la Comunidad Valenciana que nos entregó un escrito sobre la conservación y restauración de las arquitecturas construidas por las Órdenes Militares en el reino de Valencia y que por su interés reproduzco a continuación en la parte que hace referencia al Castillo de Xivert. “El castillo de Xivert se sitúa en el extremo suroeste de la sierra de Irta, en el norte valenciano, controlando el corredor costero. Cabe recordar que el castillo de Peñíscola, que luego veremos, se sitúa en el extremo norte de esta misma sierra, pero ya en el mar. Esta pareja de castillos constituían un formidable dominio estratégico sobre los caminos de la tierra y los del mar. Aunque el lugar es de muy antiguo poblamiento, el conjunto actual puede datarse a finales del siglo X y comienzos del siguiente, en época califal. El castillo y la población de Xivert pasaron a manos de la Orden del Temple en virtud de un pacto de rendición pacífica en 1234. Una vez disuelta la Orden del Temple pasarían, a su vez, a Montesa. La aljama de Xivert juró en 1319 la fidelidad a esta Orden. En 1511 el castillo, poblado y mezquita fueron incendiados y saqueados por la tropa del agermanado Estelles. La comunidad islámica fue definitivamente expulsada en 1609. Desde entonces el lugar quedó abandonado. El conjunto se compone de tres recintos muy diferentes. El más alto es el castrum templario y montesiano construido con diferentes fábricas, especialmente con mampostería hormigonada a caja dispuesta a espinapez y con fuerte sillería. Las recientes consolidaciones y excavaciones han permitido saber que se accedía a esta fortaleza a través de un acceso acodalado y que las dependencias se distribuían desde un patio central. La capilla estaba formada por un ábside de cantería con bóveda de cuarto de esfera, características de las iglesias de los castillos templarios y dos crujías de cubierta de madera sobre arcos de diafragma. Alguno de los muros de mampostería y tapial siguen puntualmente la disposición de las murallas de Benicarló, tal como se describen en el documento por el que los templarios obligan, en 1306, a construirlas a los vecinos de esta cercana población de la circunscripción de Peñiscola. Vista de Xivert desde el interior (foto del autor) El citado castrum se sitúa en el centro del castillo musulmán que es mucho más extenso y está construido con tapial de argamasa. El espacio situado entre ambos castillos, tras la conquista cristiana, quedó como albacar. A los pies del castrum y del albacar se desarrollaba la población, que está defendida con un fuerte muro de tapial de argamasa. La actuación templaria en Xivert es una muestra evidente de introducción de nuevas técnicas constructivas y disposiciones arquitectónicas, despreciando las existentes en época musulmana.” EL CASTILLO DE PEÑÍSCOLA El viaje continuó con la visita al Castillo de Peñíscola que, al contrario del de Xivert, está situado en una pequeña península al borde del mar y separado de la tierra firme por un istmo que en la actualidad está construido y constituye la calle de acceso al castillo, pero que en el momento de su construcción era una lengua de tierra batida por las olas. Así mismo el castillo de Peñíscola esta rodeado en todo su perímetro, excepto por el este que constituye su fachada al mar Mediterráneo, por edificaciones posteriores que colman el espacio entre los muros del castillo y la muralla que rodea en su totalidad la península en que se asienta y que corresponde a la época de Felipe II. Todas estas edificaciones están en uso constituyendo el núcleo o casco antiguo del municipio de Peñiscola. Es pues un castillo vivo, totalmente reconstruido, que es visitado diariamente por multitud de turistas y en el cual se celebran regularmente gran número de actos culturales y cívicos: Congresos, exposiciones, conciertos, etc, además de las cotidianas visitas guiadas. Plaza de armas y entrada a la exposición Concretamente, en el momento de la visita se estaban dando los últimos toques a una exposición denominada “Templarios, Caballeros de la Fe” ubicada en la denominada Sala del Cónclave, que visitamos y que trata de la vida cotidiana de los Templarios así como de su historia hasta su disolución en 1307. El castillo de Peñíscola es, al contrario que el de Xivert, un castillo urbano, situado en el camino que discurre por el litoral mediterráneo y con un bien abrigado puerto lo que le convertía en punto de partida de futuras expediciones a Tierra Santa. En lo que se refiere a la descripción del Castillo, vuelvo a tomar la que hace Arturo Zaragozá en el documento citado anteriormente, por su interés y claridad. Vista del Castillo de Peñíscola “El castillo de Peñíscola es una importantísima y conocida construcción con una cronología establecida. Fue edificado por los templarios durante su dominación de la plaza entre 1292 y 1307. De él indicó Tormo que es, en conjunto, obra única en España, una intacta fortaleza del siglo XIII, toda de un sólo empeño, similar acaso a las de los cruzados en Oriente, a cuyo efecto, de maciza robustez cúbica, ayuda el detalle de haber perdido el inútil almenado que tuvo y las inmensas azoteas. Pese a la avanzada época en que se construyó, el castillo ignora (deliberadamente) la arquitectura gótica. En una de las estancias de la planta inferior se realizaron los enjarjes de unos arranques para tender una bóveda de crucería. Pero inesperadamente el espacio acabó cubriéndose con una bóveda de cañón. De hecho todas las estancias se cubren con bóvedas de cañón levemente apuntado. Las fábricas son de fuerte sillería y de extraordinario grosor. La basílica templaria de la fortaleza (que más tarde sería Papal) es de una nave, orientada y con entrada lateral. Se cubre con una bóveda de cañón seguido apuntado en la nave y con un cuarto de esfera en el ábside, que es de planta semicircular. La austeridad y severa proporción del espacio resultante remiten a la más canónica arquitectura románica. De hecho, como ha señalado el profesor J. Fuguet, la casi idéntica iglesia (aunque de menor dimensión) del castillo templario de Miravet, junto al río Ebro, ha sido datada en el año 1153. La gran sala del castillo de Peñiscola es un espacio de planta rectangular cubierto con una bóveda de cañón seguido apuntado. Los sillares que forman la bóveda, aunque manchados por depósitos calcáreos, están dispuestos de forma alternada a franjas blancas y oscuras, siguiendo así una característica tradición tardobizantina y románica que utilizó, igualmente, el gótico italiano. 

Tanto Xivert como Peñíscola sugieren una intención de vuelta a antiguas tradiciones arquitectónicas templarias construidas algunas en la perdida Tierra Santa.” MIRAVET Dejando atrás la costa mediterránea nos adentramos en el interior siguiendo el curso del Ebro, frontera natural entre regiones y punto de encuentro y de batallas importantes a lo largo de nuestra historia. No es de extrañar por tanto que precisamente en los puntos más estratégicos de su curso surgieran castillos y fortalezas para defenderle y controlar tanto el paso a través del mismo como su tráfico fluvial. Este es el caso de Miravet, castillo situado en la lengua de un meandro y frente a un estrecho o “congosto” que impide el paso por sus escarpadas orillas. Consecuencia de lo anterior es que el castillo de Miravet haya sido utilizado como fortificación inexpugnable hasta la aparición de la artillería en todas las guerras que han tenido lugar en la zona desde la Reconquista hasta la Guerra Civil pasando por la Guerra de Sucesión y las Guerras Carlistas. Vista del Ebro desde el castillo de Mirave
t (foto del autor). Como comentario previo y al mismo tiempo muy ilustrativo de las características del castillo de Miravet, diremos que ha sido comparado en muchas ocasiones con el Krak de los Caballeros en la actual Siria, fortaleza templaria que durante las cruzadas gozó fama de inexpugnable. Actualmente se encuentra en fase de restauración. Utilizando como pauta la guía para la visita que se entrega en la oficina y tienda existente a la entrada y traduciendo libremente del catalán, la descripción del Castillo de Miravet podría ser la siguiente: Como todo castillo templario y el de Miravet no sólo lo es sino que además es casi idéntico al de Peñiscola, se compone de dos recintos, el inferior que se destinaba a servicios y el superior o castillo propiamente dicho. El acceso al castillo se hacia a través de una barbacana que al igual que en Peñiscola y en Monzón tiene el acceso en ángulo, lo que impide el ataque directo al castillo. En el interior del recinto inferior se encuentra una gran sala de forma rectangular que fue utilizada como caballeriza y en cuyo piso superior pudo haber existido un granero. En la cara norte existen cuatro torres de defensa por ser ésta la única que no esta protegida por el río o la montaña. La barbacana se enfrenta al llegar a la altura del recinto inferior con una torre denominada del Tesoro obligando a girar a la izquierda a quien quiera penetrar en el castillo, siguiendo el muro que continua la citada torre del tesoro y al final del mismo se encuentra el acceso al recinto superior flanqueado a su izquierda por el cuerpo de guardia y a la derecha por una cisterna que abastecía de agua potable al castillo. Este acceso termina así mismo en ángulo para penetrar al patio de armas, espacio alrededor del cual se articula el recinto superior. Este recinto, de forma casi rectangular tiene edificaciones en sus lados este y sur siendo la muralla norte un imponente muro de 25 m. de altura, el lado oeste está ocupado por edificaciones posteriores y es de menor altura. Entrando al patio de armas y a la derecha se encuentra una sala de planta rectangular cubierta con bóveda de cañón apuntada muy parecida a la gran sala de Peñiscola y que se destinaba a refectorio y a sala capitular, al final de la misma se encuentra la Torre del Tesoro que albergaba, además de éste, los aposentos del Maestre. Muro oeste de Miravet (foto del autor).
 Al fondo y formando ángulo recto con el anterior se encuentra un cuerpo de dos plantas que alberga en su planta inferior la bodega con los restos de una prensa de moler aceite y las despensas de alimentos para el consumo del castillo. En la planta superior de este cuerpo y subiendo una escalera exterior desde el patio de armas se encuentra la capilla que dispone de una galería o pequeño claustro a la que se accedía por una escalera desmontable para facilitar la defensa en caso de asedio. La capilla es de planta rectangular, de una sola nave y con un ábside de planta semicircular, prácticamente idéntica a la del castillo de Peñiscola
, en su ángulo noroeste existe una escalera de caracol excavada en la muralla que permite acceder a la azotea del castillo desde donde se contempla un panorama del río Ebro y de las montañas circundantes verdaderamente impresionante. Desde estas montañas y a través de torres vigía se establecía un sistema de comunicación mediante “telégrafo óptico” que permitía tener contacto con todos los enclaves templarios de la zona. 

MONZON Dejando Cataluña nos adentramos en tierras de Aragón para dejar así mismo al río Ebro y acercarnos a uno de sus afluentes por su margen izquierda, el río Cinca y buscar el castillo templario que se encuentra en la ciudad de Monzón en la provincia de Huesca. El castillo se encuentra situado en un cerro escarpado a cuyos pies se desarrolla la ciudad de Monzón formando una media luna rodeada por el río Cinca y por los contrafuertes del castillo, se puede decir por tanto que la ciudad, especialmente su casco antiguo, se abraza al castillo solicitando protección. Castillo de Monzón (foto del autor). Al contrario que otros castillos templarios y por su situación privilegiada que domina la llanura altoaragonesa ya desde muy antiguo el lugar estuvo ocupado por una fortaleza que ya en el siglo X era disputada por los walies de Huesca y Lérida, por lo que en su construcción existen elementos tanto anteriores como muy posteriores a la época en que estuvo ocupado por la Orden del Temple. En la actualidad el castillo esta rodeado de una muralla de diversas épocas y que hasta finales de los años 40 del pasado siglo albergaba un cuartel de Artillería, siendo en la plataforma superior donde únicamente existen edificios cuya construcción puede atribuirse al Temple, como se puede observar en las fotografías que acompañan este escrito, los edificios existentes en la actualidad y que son de origen templario son los siguientes: Templo: Orientado de este a oeste, su ábside semicircular en su interior y poligonal exteriormente se integra en la muralla en la que hace función de torreón. Construido en el siglo XII presenta gran cantidad de elementos románicos a la par que alguna influencia gótica. La cabecera es al interior románica, semicircular y cubierta con un cuarto de esfera. La puerta principal alberga en su decoración exterior un crismón. Torre de Jaime I : Situada sobre el túnel de entrada y apoyada en la muralla árabe este pequeño edificio se compone únicamente de una celda en la que según la tradición vivió Jaime I durante el período en que estuvo recibiendo educación del entonces Maestre de Aragón, Guillem de Mont-Rodon . Es de planta trapezoidal y fue construida por los templarios en el siglo XII. Exterior de la Sala Capitular (foto del autor). Sala capitular y refectorio: Edificio exento de dimensiones y características similares al de Miravet y Peñiscola con la salvedad de que no forma parte de ningún complejo edificatorio, es de planta rectangular y está cubierto con una bóveda de cañón apuntado, sus dimensiones son de 35x12 m. y por su sobriedad da una gran impresión castrense, aunque fue utilizado como cuartel, en la actualidad ha sido restaurado eliminándose las construcciones interiores que existían. Dormitorios: construido en el siglo XII sobre basamentos anteriores servia de alojamiento a los monjes soldados, se encuentra en restauración. Existe en el centro de la explanada una torre del homenaje elevada por los ocupantes árabes hacia los siglos IX ó X y que por lo tanto es anterior a la ocupación del castillo por la Orden del Temple. La torre está edificada en mampostería dispuesta al modo opus spicatum con verdugadas de ladrillo y encadenada en sillar. La torre fue el último refugio de los defensores de la fortaleza, la puerta original estaba en alto para poder recoger la escalera de madera y quedar aislados. Sirva esta breve descripción del Castillo de Monzón y de los anteriores citados como una invitación a conocer la arquitectura templaria de todo el noroeste español ya que conociendo los lugares donde vivieron se puede conocer mejor el espíritu que animó a la Orden especialmente en el período en que permaneció viva e influyente en los avatares de la Historia de España. También de esta visita podemos ya sacar otra importante conclusión con respecto a la existencia de una arquitectura templaria o lo que es lo mismo de unas características o invariantes comunes a todas las construcciones defensivas elevadas por la Orden y es la de que como se desprende de las descripciones de los cuatro castillos visitados no cabe la menor duda de que los Maestres y sus maestros canteros tenían muy claro cuales eran las características constructivas y las necesidades de habitabilidad y uso en las fortalezas que construyeron durante los siglos XII al XIV en la Península Ibérica.









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