Principios ecológicos para la comprensión de la sostenibilidad ambiental



Hablar del cuidado del medio ambiente y la sostenibilidad parece tarea de todos, pero difícilmente nuestras acciones cotidianas demuestran que estamos realmente conscientes de la importancia de asumir la sostenibilidad ambiental como una responsabilidad compartida. 
Normalmente tomamos decisiones llevados por factores como la moda, lo que creemos necesario, o porque siempre lo hemos hecho así. De esta manera, nuestras acciones no reflejan, realmente, si estamos conscientes de nuestra responsabilidad actual y futura frente a la sostenibilidad social y ambiental.






La ecología es la especialidad científica centrada en el estudio y análisis del vínculo que surge entre los seres vivos y el entorno que los rodea, entendido como la combinación de los factores abióticos (entre los cuales se puede mencionar al clima y a la geología) y los factores bióticos(organismos que comparten el hábitat). La ecología analiza también la distribución y la cantidad de organismos vivos como resultado de la citada relación.


























El Antropoceno, como nueva época de la tierra, está marcado por los graves efectos y considerables daños que se han introducido y se siguen introduciendo en el planeta. El deterioro de los diversos recursos naturales y la pérdida de la biodiversidad son algunos reflejos de esta realidad. Según el informe de la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, en los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana. Estos cambios realizados en los ecosistemas han contribuido a obtener considerables beneficios netos para el bienestar humano y el desarrollo económico, pero estos beneficios se han obtenido con crecientes costos consistentes en la degradación de muchos servicios de los ecosistemas, un mayor riesgo de cambios no lineales, y la acentuación de la pobreza de algunos grupos de población (MEA, 2005). Por decirlo de otra manera, el proceso evolutivo de los sistemas culturales en los últimos siglos, y particularmente después de la revolución industrial, ha cambiado muchos aspectos del metabolismo entre la sociedad y la naturaleza; de tal manera que la evolución socio-cultural se ha convertido en una fuerza macro-evolutiva (Gowdy, 1994). Este proceso co-evolutivo entre el sistema biofísico-ecológico y el sistema socioeconómico-cultural (Gowdy, 1994; Norgaard, 1994; Gual y Norgaard, 2010) ha sido ignorando por el pensamiento científico y económico, así como por las diversas instituciones de toma de decisiones.
La mayoría de los científicos más avanzados piensan que es real, que está claro. Algo está sucediendo.
Estamos hablando del Antropoceno, la "Edad de los Humanos" que da por terminada la que conocíamos hasta ahora como el Holoceno.
"Hay señales claras en el ambiente que hacen del Antropoceno una unidad distintiva", le dijo a la BBC Colin Waters, del British Geological Survey y secretario del Grupo de Trabajo Antropoceno (AWG, por sus siglas en inglés).
Tras presentar un informe en el 35 Congreso Internacional de Geología en Sudáfrica, Waters no dejó cabida a dudas.
"La mayoría de nosotros piensa que hay justificación para que loreconozcamos formalmente".
Y no es que no le hayan dado vueltas al asunto.
Este es un debate que podemos decir empezó formalmente hace un par de años, cuando un grupo de 30 expertos -integrado por geólogos, científicos del clima, ecologistas y un abogado- se reunió por primera vez en Berlín para sentar formalmente las bases de una discusión sobre este tema y elaborar una propuesta para ser analizada en el próximo Congreso Internacional de Geología, en 2016 -es decir, ahora.

¿Qué es el desarrollo sostenible?
JA M'ESTÀ BÉ AIXÍ d'Albert ClapésSe llama desarrollo sostenible aquél desarrollo que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Intuitivamente una actividad sostenible es aquélla que se puede mantener. Por ejemplo, cortar árboles de un bosque asegurando la repoblación es una actividad sostenible. Por contra, consumir petróleo no es sostenible con los conocimientos actuales, ya que no se conoce ningún sistema para crear petróleo a partir de la biomasa. Hoy sabemos que una buena parte de las actividades humanas no son sostenibles a medio y largo plazo tal y como hoy están planteadas.
Esta definición es la del informe de la Comisión Brundlandt. La señora Brundlandt es la primera ministra de Noruega y el año 1990 recibió el encargo de la ONU de redactar un primer informe para preparar la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro dos años más tarde.
Hay otras definiciones también interesantes como la que proponen D. PearceA. Markandya y E.B. Barbier, en la cual se establece que en una sociedad sostenible no debe haber:
  • un declive no razonable de qualquier recurso
  • un daño significativo a los sistemas naturales
  • un declive significativo de la estabilidad social
Otra definición se debe a H. Daly. Esta persona propone que una sociedad sostenible es aquélla en la que:
  • los recursos no se deben utilizar a un ritmo superior al de su ritmo de regeneración,
  • no se emiten contaminantes a un ritmo superior al que el sistema natural es capaz de absorber o neutralizar,
  • los recursos no renovables se deben utilizar a un ritmo más bajo que el que el capital humano creado pueda reemplazar al capital natural perdido. Concretando esta definición en un caso práctico, el de los combustibles fósiles, significa que se tiene que utilizar una parte de la energía liberada para crear sistemas de ahorro de energía o sistemas para hacer posible el uso de energías renovables que proporcionen la misma cantidad de energía que el combustible fósil consumido.
Son tres formas de definir el desarrollo sostenible. La primera es la más simple, seguramente la que ha tenido más éxito, mientras que en la segunda y la tercera se complican los razonamientos.
Hay que tener en cuenta que se trata de una definición estratégica de carácter conceptual y globalizadora, y se produce una notable dificultad al traducirla al día a día. Sin embargo, hay que hacer un esfuerzo para superar las dificultades de orden práctico que supone el principio ecologista del pensar globalmente y actuar localmente.
Principales retos que plantea el desarrollo sostenible
JUNTS FINS A LA FI de Laureà PinyolLa incapacidad de la especie humana para vivir en armonía con el planeta, la gran interacción entre el hombre y el sistema natural, son los grandes problemas mediambientales de hoy. Hasta nuestros días, ninguna especie, excepto el hombre, ha conseguido modificar tan substancialmente, en tan poco tiempo, las características propias del planeta.
Así, se plantean los grandes problemas planetarios siguientes:
  • Superpoblación y desigualdades
  • El incremento del efecto invernadero
  • Destrucción de la capa de ozono
  • Humanización del paisaje
  • Preservación de la biodiversidad
  • La erosión, la desertización y la destrucción de la selva
Y a escala local:
  • El sistema productivo
  • El agua
  • Los residuos domésticos
  • Suministro energético
  • El sistema de transportes








Esta conservación se encaja dentro de un marco y unos sistemas de los cuales hacemos parte todos los organismos vivos y varios elementos no vivos por ejemplo tenemos los animales las plantas el hombre y varios factores que denominamos factores abióticos, que son aquellos que no tienen vida pero que interactúan y determinan de manera contundente nuestra relación con los sistemas y los sistemas en relación a nosotros
algunos de esos factores abióticos que son de vital importancia para la
biodiversidad son por ejemplo la cantidad de luz solar,
la precipitación la temperatura y la humedad de los sitios.

 Es en este marco
en este escenario donde se conjugan todos estos elementos que ocurren y se
presentan los ecosistemas, los cuales estamos interesados en conservar pero
para conservar un ecosistema no requerimos únicamente conocer cuáles
son las partes que lo conforman
requerimos entonces conocer cuáles son sus necesidades
cuáles son sus interacciones que requisitos tienen y cómo cumplen esos requisitos
de esta manera tomando toda la información de requisitos
podemos esbozar cuáles son sus funciones cuáles son esos procesos e
interacciones que son vitales dentro del sistema y que nos ofrecen a nosotros
como seres humanos parte del sistema beneficios muy importantes si no
comprendemos sus partes sus interacciones y su funcionalidad
vamos a estar dejando por fuera gran parte de lo que es realmente la
biodiversidad.
En este marco de poder entonces entender esas interacciones y quienes hacen parte
de esas interacciones es que podemos desarrollar redes.

En el entendimiento de las redes bióticas o de redes de biodiversidad es que podemos explorar
cuáles son sus propiedades más interesantes
cuáles son aquellos factores que los hacen únicos en el sistema de esa
manera una vez entendemos quienes interactúan y cómo interactúan y por
qué lo hacen de una manera o de otra en diferentes zonas podemos empezar a
proponer estrategias de conservación que sean realmente efectivas
una de las estrategias de conservación más utilizada y que ha dado hasta el
momento muy buenos resultados según ha
análisis internacionales y nacionales son las áreas protegidas pero las
áreas protegidas no son únicamente relictos aparte o aislados que sean
intocables que sean absolutamente ajenos al humano
por el contrario hoy en día los avances nos han mostrado que esas zonas en donde
lo humano está presente son zonas mucho más ricas son zonas que tienen mayor
valor para las personas y para los procesos ecosistémicos entonces debemos
empezar a preguntarnos cuáles son las mejores áreas protegidas y en ese marco
vale la pena preguntar
será que en zonas urbanas, muy transformadas, podemos tener áreas
protegidas y sí es así qué estamos protegiendo, cuál es nuestro objeto de
conservación, es un organismo, es tal vez un proceso, no importa cuál sea el
objetivo lo más vital es que esté claro y bien definido
damos en esta casa común proyectándonos hacia el futuro, proyectando
nuestras acciones en el día a día y para eso necesitamos también proyectar
nuestra interacción con los organismos y eso implica conservar. 

Conservar no
implica preservar, guardar, no mirar, no tocar, la conservación es un paso en
nuestro desarrollo como seres humanos y como sociedad y como tal necesitamos
evaluar cuáles son nuestros impactos nuestros beneficios y que recibimos al
mismo tiempo de esas comunidades de esos ecosistemas
entonces esas áreas protegidas no solamente van a hacer lo que ya
conocemos de nuestros parques nacionales, santuarios o áreas de especial interés,
estás áreas protegidas en conservación pueden llegar a ser sistemas
silvopastoriles donde encontramos usos que benefician al hombre directamente de
manera económica, pero que a la vez ofrecen a todos esos otros organismos
un lugar donde estar y que satisfacen al mismo tiempo sus requerimientos, que
recordemos otra vez que los ecosistemas no están conformados de partes aisladas
sino que están conformados de la interacción de
las partes. Es importante entonces considerar que de todas estas
interacciones y de todos estos vínculos debemos llevar a cabo nuestros procesos
de conservación, entender cuál es el objetivo de conservación
cuál es nuestro objeto de conservación, puede ser una planta o un animal, pero
tener claro que dentro de estos procesos de interacción
estamos interesados en mantener sus dinámicas sus necesidades sus
requerimientos para asegurarnos que cada uno de nosotros dentro de estos sistemas
podamos llevar a cabo nuestra función. Es entonces importante empezar a
preguntarnos si es desde nuestro ambiente cada vez un poco más urbano
debemos replantear la conservación o buscar esas nuevas áreas en donde
podamos establecer zonas de conservación que nos lleven a un mejor
entendimiento, mantenimiento y preservación de nuestra casa común
desde nuestra casa física y real hasta nuestros territorios de acción, país 





Después de una destrucción sistemática de la naturaleza durante varios decenios, el discurso de la  biodiversidad es la réplica de lo que podría llamarse “la irrupción de lo biológico”; esto es, la supervivencia de lo biótico como problema central del orden moderno; en este sentido, el discurso de la biodiversidad se declara garante para salvar a la naturaleza de las prácticas destructoras y solvente para instituir en su lugar una cultura de la conservación. Sin embargo, el discurso aún tiene vacíos que se ha pretendido llenar a través de  debates que últimamente han versado sobre la importancia que tiene el conocimiento local, las formas de vida  —usos y costumbres— y la producción tradicional, dentro del andamiaje que soporta el significado de la  biodiversidad. Por una parte, para los gobiernos de los países industrializados y las instituciones gubernamentales internacionales el conocimiento tradicional es un bien de la humanidad que cuando es mejorado se convierte en una innovación tecnológica susceptible de ser patentada y finalmente comercializada, sin que los dueños del conocimiento base se beneficien en ningún momento. Por otro lado, para campesinos, intelectuales y activistas el conocimiento local, las formas de vida y la producción tradicional son la base para reconstruir el territorio de campesinos e indígenas, para fortalecer la cierta autonomía y autosuficiencia en la que viven; pero con su participación activa en la definición de todo aquello que les impacte. A partir de estas reflexiones se están construyendo espacios que den respuesta a la privatización, respuesta fundamentada en el concepto de “lo comunal” (Grain, 2005).







Representa el área de tierra o agua ecológicamente productivos (cultivos, pastos, bosques o ecosistemas acuáticos) e idealmente también el volumen de aire, necesarios para generar recursos y además para asimilar los residuos producidos por cada población determinada de acuerdo a su modo de vida, de forma indefinida. La medida puede realizarse a diferentes escalas: individuo (la huella ecológica de una persona), poblaciones (la huella ecológica de una ciudad, de una región, de un país...), comunidades (la huella ecológica de las sociedades agrícolas, de las sociedades industrializadas, etc).
El objetivo fundamental de calcular las huellas ecológicas consiste en evaluar el impacto sobre el planeta de un determinado modo o forma de vida y compararlo con la biocapacidad del planeta. Se trata, pues, de un indicado clave para la [[sostenibilidad Laeconomía de subsistencia pesa poco en términos de huella ecológica.]]
La ventaja de medir la huella ecológica para entender la apropiación humana está en aprovechar la habilidad para hacer comparaciones. Es posible comparar, por ejemplo, las emisiones producidas al transportar un bien en particular con la energía requerida para el producto sobre la misma escala (hectáreas).

Cuatro conclusiones principales 
En los últimos 50 años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro período de tiempo comparable de la historia humana, en gran parte para resolver rápidamente las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la Tierra. 

Los cambios realizados en los ecosistemas han contribuido a obtener considerables beneficios netos en el bienestar humano y el desarrollo económico, pero estos beneficios se han obtenido con crecientes costos consistentes en la degradación de muchos servicios de los ecosistemas, un mayor riesgo de cambios no lineales, y la acentuación de la pobreza de algunos grupos de personas. Estos problemas, si no se los aborda, harán disminuir considerablemente los beneficios que las generaciones venideras obtengan de los ecosistemas. 

La degradación de los servicios de los ecosistemas podría empeorar considerablemente durante la primera mitad del presente siglo y ser un obstáculo para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. 

El desafío de revertir la degradación de los ecosistemas y al mismo tiempo satisfacer las mayores demandas de sus servicios puede ser parcialmente resuelto en algunos de los escenarios considerados por la Evaluación, pero ello requiere que se introduzcan cambios significativos en las políticas, instituciones y prácticas, cambios que actualmente no están en marcha. Existen muchas opciones para conservar o fortalecer servicios específicos de los ecosistemas de forma que se reduzcan las elecciones negativas que nos veamos obligados a hacer o que se ofrezcan sinergias positivas con otros servicios de los ecosistemas. 


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