EL CEREBRO Y LAS EMOCIONES EN EL LENGUAJE.

 El cerebro y las emociones en el lenguaje






Las 5 Emociones


Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos, fisiológicos y endocrinos de origen innato.
 Las emociones básicas están entonces predeterminadas biológicamente, es decir, se experimentan porque genéticamente se está programado para ello y son independientes de la experiencia

Es posible a través del lenguaje expresar cinco emociones básicas: ira, alegría, tristeza, miedo y asco. Mientras que las emociones son una respuesta fisiológica básica, los sentimientos son elaboraciones cognitivas mediadas por las experiencias y la cultura.



Podemos definir la ira según la RAE como un sentimiento de indignación que causa enojo, un apetito o deseo de venganza, furia o violencia en los elementos de la naturaleza. 

En esta pintura Delacroix que narra un episodio de la muerte de Sardanápalo inspirado en un poema de Lord Byron, cuenta la historia del rey Asirio que decide suicidarse con todo su séquito al verse derrotado; en primer plano, podemos ver como un eunuco está por darle muerte a una de las esclavas, es evidente la expresión de total furia y violencia, en definitiva, irá en su rostro.


En esta imagen vemos el estudio para crucifixión de Francis Bacon, es un tríptico que se basa en las Erinias o furias que aparecen en la Orestíada y presenta tres criaturas antropomórficas deformes sobre un fondo plano de color naranja; vemos como todas, pero en particular una de ellas, muestra una clara expresión de violencia. Un tercer ejemplo, más contemporáneo, es aquel del Superhéroe creado por Stan Lee para Marvel quien posterior a un accidente de laboratorio se convierte en un gran monstruo verde cada vez que se enoja.


El miedo se define como la angustia por un riesgo o daño real o imaginario, también como un recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario de lo que desea.
En la primera pintura, alusiva al miedo, encontramos el perro semihundido en la arena de Goya. En este cuadro se ve como la expresión del perrito desvalido y solo en medio del cuadro refleja toda la incertidumbre y recelo sobre lo que va a pasar, el temor a lo desconocido. En la segunda pintura, cuyo apodo es el grito más famoso de la historia del arte, vemos una figura andrógina en primer plano que simboliza un hombre en un momento de profunda angustia y desesperación existencial.




La alegría puede definirse como un estado de grata satisfacción espiritual y física o como una ausencia de inconvenientes o tropiezos

En el primer cuadro, La Gallina Ciega, también de Goya es uno de los cartones para tapices; ilustra el juego de la gallina ciega en donde uno de los majos con los ojos vendados y una cuchara trata de identificar a quienes bailan en una ronda alrededor suyo. Es un cuadro que ilustra vivacidad, inmediatez, curiosidad, una paleta de colores en tonos rosa casi que es posible sentir la textura en casi terciopelo de los vestidos. La segunda pintura, El Jardín de las Delicias, en particular su panel central del tríptico sobre la creación del Bosco nos muestra un momento en el que Adán y Eva ya han sido expulsados del Jardín del Edén, un falso paraíso en el que la humanidad haya sucumbido en pleno al pecado especialmente a la lujuria; se dirige a su perdición, según algunos, pero si lo vemos desde el punto de vista de la modernidad vivir en medio de la absoluta libertad sexual puede ser, para ciertas personas, sinónimo de felicidad.




La tristeza puede definirse como el estar afligido o apesadumbrado, se asocia a situaciones de tipo doloroso difíciles de soportar. 

En el grabado vemos la representación de la muerte del amor, un hombre que fallece tras batirse en duelo para defender el honor de la mujer, podemos ver la cara de agonía y aflicción en los protagonistas. La segunda obra, famoso cuadro de Pablo Picasso, el Guernica, llamado así por la población española bombardeada durante la guerra; el cuadro representa los momentos posteriores a este bombardeo. 



El asco es una alteración del estómago causada por la repugnancia que se tiene a algo; en términos más emocionales, es una impresión desagradable causada por algo que repugna.

En la primera imagen vemos un aguafuerte de Goya, el número 69 de la serie de los caprichos, en donde es evidente la mordacidad y humor con el que representa el asco. En la segunda imagen, una escultura del maestro Godard en la cual personifica un político local Jean-Marie Fruchard con el título de la personificación del asco, no sólo por la expresión en el rostro del busto que esculpe sino como crítica a los políticos.







¿De dónde viene la emoción?


Luego de conocer las emociones básicas, identifica su relación con los mecanismos neurobiológicos enmarcados en los procesos de lenguaje verbal y no verbal. 
En primer lugar vamos a ver el cerebro dividido en dos hemisferios: el izquierdo y el derecho. En general el hemisferio izquierdo es dominante en el lenguaje, es decir, procesamos todo el contenido lingüístico analizando todo lo que escuchamos, así también se encarga de las matemáticas y el cálculo. Adicionalmente está a cargo de llevar a cabo los cálculos lógicos y matemáticos. Por otro lado, el hemisferio  derecho se encarga de reconocimiento facial y procesamiento de la música y las artes. Nos ayuda a comprender las imágenes y darle sentido a lo que vemos. En cuanto al lenguaje nos permite saber cuál es la expresión emocional, por ejemplo, en la melodía de nuestra voz.

Son muchas las emociones que podemos experimentar los seres humanos. Algunas han sido llamadas ‘emociones ‘primarias’, como son el miedo, la ira, la alegría, la tristeza, el disgusto y la sorpresa, emociones que van acompañadas de patrones de conducta tales como respuestas faciales, motoras, vocales, endocrinas y autonómicas hasta cierto punto estereotipadas y que son reconocibles por encima de diferencias culturales y raciales en los seres humanos. Distinguimos también otras muchas emociones, como la envidia, la vergüenza, la culpa, la calma, la depresión y muchas mas, que se denominan ‘emociones secundarias’, con un componente cognitivo mas alto y que van además siempre asociadas a las relaciones interpersonales. Unas y otras constituyen sin duda parte esencial de nuestra vida, a la que confieren color y carácter. Mas aún, la alteración de los sistemas neurales de los que dependen las expresiones emocionales, provoca grandes trastornos de conducta. La mayoría de las enfermedades siquiátricas son, sobre todo, alteraciones en el modo de experimentar las emociones.

Ya los griegos distinguían entre ‘Pasión’ y ‘Razón’, separando así el pensamiento de los sentimientos. En la concepción de la mente (el alma) para el mundo griego y la posterior cultura judeocristiana, Razón y Pasión mantienen un cierto antagonismo. El intelecto superior debe controlar las pasiones, al ser éstas emociones desbocadas, que enturbian la capacidad de pensar con claridad y asociadas casi siempre al pecado y la culpa. No es sorprendente que, aún hoy, tienda a estudiarse científicamente la racionalidad o cognición, como un proceso separado e independiente de ‘la emoción’.

El primero es que lo que llamamos coloquialmente ‘emoción’ no se corresponde con un proceso cerebral separado e independiente, sino el resultado de múltiples mecanismos cerebrales que pueden ser distintos en emociones diferentes. Algo análogo a lo que ocurre con ‘la memoria’ o ‘la inteligencia’. En tal sentido debe tenerse en cuenta también que los componentes conscientes de las emociones, que denominamos ‘sentimientos’, como la alegría, el miedo o el amor, no son cualitativamente diferentes de las percepciones cognitivas como podrían ser la resolución de un problema matemático o la percepción de que el objeto en el que viajamos es un automóvil. Los mecanismos de procesamiento inconsciente que subyacen en ambos casos son diferentes, pero en los dos, la consciencia se produce cuando el mecanismo cerebral general del conocimiento consciente los capta e incluye en su función.

Un segundo principio importante es que los mecanismos cerebrales de conducta emocional, tales como los que se ponen en marcha durante el miedo, la búsqueda de alimento o el deseo sexual, aparecieron ya en estadíos muy primitivos de la evolución animal y se han conservado en gran medida durante la evolución de los vertebrados, entre los que se cuenta el hombre. Las emociones conscientes se darían en aquellas especies animales que poseen consciencia. No es posible inferir si la emoción consciente que provoca una situación de miedo es percibida de modo igual por el hombre y un animal. No obstante, si los patrones de conducta que se evocan en tal situación, en el hombre y en la otra especie animal son iguales o muy semejantes, podemos asumir que una parte importante de los procesos cerebrales que determinan tal conducta son iguales en ambas especies.

Finalmente, no hay razón para asumir a priori que los componentes conscientes de las emociones son mas importantes que los inconscientes, para lo que parece es el objetivo, en términos de la evolución de los seres vivos, de la aparición de los mecanismos cerebrales de las emociones, y que no es sino la supervivencia de la especie a través de la evitación del peligro de lesión corporal o muerte, la consecución del alimento y la reproducción sexual.

 El interés del hombre por la comprensión de los orígenes y causas de las emociones viene de antiguo. Hipócrates, cinco siglos antes de Cristo, decía que nuestra estabilidad emocional dependía del equilibrio de cuatro humores: sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra. De ahí que todavía conservemos el término humor para referirnos a nuestros estados de ánimo. Un exceso de bilis negra, por ejemplo, era para Hipócrates la causa de la depresión. Por eso se llamó a ésta también ‘Melancolía’, que viene de melanos- negro y kolos, bilis.


FUNCIONES DE LAS EMOCIONES

 Funciones adaptativas. Quizá una de las funciones más importantes de la emoción sea la de preparar al organismo para que ejecute eficazmente la conducta exigida por las condiciones ambientales, movilizando la energía necesaria para ello, así como dirigiendo la conducta (acercando o alejando) hacia un objetivo determinado

Funciones sociales. Puesto que una de las funciones principales de las emociones es facilitar la aparición de las conductas apropiadas, la expresión de las emociones permite a los demás predecir el comportamiento asociado con las mismas, lo cual tiene un indudable valor en los procesos de relación interpersonal

Funciones motivacionales La relación entre emoción y motivación es íntima, ya que se trata de una experiencia presente en cualquier tipo de actividad que posee las dos principales características de la conducta motivada, dirección e intensidad.

EMOCIONES Y SALUD 

Una de las áreas de mayor interés en la investigación experimental y la actividad profesional es el papel de la emoción tanto en la promoción de la salud y génesis de la enfermedad, como en las consideraciones terapéuticas implicadas. Los procesos emocionales han demostrado su relevancia en alteraciones del sistema inmunologico (Irwin, Daniels, Smith, Bloom y Weiner, 1987; Herbert y Cohen, 1993a,b), trastornos coronarios (Fernández-Abascal y Martín, 1994a,b), diabetes (Goetsch, Van Dorsten, Pbert, Ullrich y Yeater, 1993), trastornos del sueño (Chóliz, 1994b), enfermedad de Graves (Sonino, Girelli y Boscaro, 1993), o dolor (Chóliz, 1994c), por poner sólamente algunos ejemplos. La disciplina científica que recoge estas aportaciones es la actual Psicología de la Salud (Matarazzo, 1982), heredera de la Medicina Conductual y Medicina Psicosomática. La relación entre procesos mentales y orgánicos es una cuestión presente no sólo en los orígenes de la psicología, sino también en el inicio de la medicina. Desde que Hipócrates estableciera una tipología que relacionaba temperamento con enfermedad, la relación entre procesos psicológicos y reacciones fisiológicas (mente-cuerpo, psiquesoma) ha sido uno de los problemas conceptuales de mayor envergadura. Podemos afirmar que se trata de las cuestiones filosóficas que todavía quedan sin resolver en la actual psicología experimental. A pesar que se trate de una cuestión tan antigua como la propia medicina, sólo muy recientemente se ha abordado su estudio de forma experimental. No obstante, desde el acta fundacional de la Psicología de la Salud en la American Psychological Association en 1978 (División 38 del APA), los avances en este ámbito han sido ciertamente notorios. De entre todos los procesos psicológicos que inciden en la salud y enfermedad, las emociones son, sin duda, uno de los más relevantes (Adler y Matthews, 1994). La investigación sobre la relación entre emoción y salud se ha centrado, entre otros, en dos grandes aspectos. En primer lugar, en establecer la etiopatogenia emocional de ciertas enfermedades, intentando relacionar la aparición de determinadas emociones (ansiedad, ira, depresión, etc.) con trastornos psicofisiológicos específicos (trastornos coronarios, alteraciones gastrointestinales, o del sistema inmunológico, por ejemplo). En segundo lugar, en el papel que ejerce la expresión o inhibición de las emociones en la salud y en el enfermar. 

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